Tres recreaciones y evocaciones, escritas en latín, del siempre presente y abierto legado homérico.
La huella que dejaron los textos homéricos fue tan intensa que, ya desde la Antigüedad, proliferaron todo tipo de obras sobre el ciclo épico troyano. En este volumen recogemos tres de ellas. La primera, la Ilíada Latina, escrita en el siglo I d.C., es un resumen versificado, en latín, de la Ilíada de Homero, compuesto quizás con fines pedagógicos. Las otras dos son las traducciones al latín de dos originales griegos perdidos que pretendían ser sendas crónicas de primera mano de la Guerra de Troya, una escrita por un soldado griego (Distis), la otra por un combatiente troyano (Dares); se trata en realidad de dos ejercicios retóricos de la Antigüedad tardía que nos presentan una versión de la leyenda troyana en muchos episodios distinta de Homero. Estas obras están en la base de una tradición literaria entre cuyos deudores figuran, en mayor o menor medida, Benoît de Sainte-Maure, José Iscano (ambos del siglo XII), el Libro de Alexandre, Alfonso X, Geoffrey Chaucer y William Shakespeare.