En esta obra se analiza la ejecutoria militar de Franco, desde sus primeros pasos en el ejército hasta el final de la Guerra Civil. Frente a quienes crearon el mito del Invicto Caudillo, Carlos Blanco sostiene que Franco, en realidad un hombre mediocre y escasamente dotado para el estudio, jamás demostraría un aceptable nivel profesional, ni en la teoría ni en la práctica. Ascendido muy joven a general en una rudimentaria guerra colonial, su fama se extendió por toda España, pero al afrontar la primera prueba de la Guerra Civil, la Batalla de Madrid, sus limitaciones saldrían a relucir, cosechando un clamoroso fracaso. La guerra continuaría durante dos años más, sin que Franco supiera aprovechar debidamente la ventaja que suponía tener enfrente a un débil adversario, con un ejército surgido del caos, mal organizado y encuadrado, y deficientemente armado. Franco, que mostró en todo momento una gran falta de imaginación y audacia, cometería además graves errores estratégicos, perdiendo a menudo la iniciativa y la libertad de acción. Por otro lado, su obsesión por mantener el prestigio a toda costa incidiría muy negativamente en la marcha de las operaciones.
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