Esta obra lleva al lector por un interesante recorrido de la legislación rural de los regímenes revolucionarios del México contemporáneo —que son en realidad los derechos del pueblo campesino—; se trata de un arduo trabajo documental que deja interesantes conclusiones al contemplar casi la totalidad de dicha legislación, en su amplitud y complejidad, hasta llegar a la etapa presente.
La Reforma Agraria es todo un proceso que nace con el mismo pueblo de México desde sus más remotos antecedentes precolombinos, y sus reiterados intentos por llegar a su realización, en la Colonia, en la Independencia, en la Reforma, hasta que finalmente aflora violenta y vigorosa, incontenible e innegable, en 1911 con Emiliano Zapata y, desde entonces, inicia un camino de realización de acuerdo a las etapas lógicas que su largo y complejo proceso implica, en juego con las posibilidades reales del país.
Esta compilación de los planes y derechos rurales del pueblo mexicano, como lo señala la autora, puede tener algunos usos altamente valiosos, entre ellos, tener una clara conciencia de lo que el pueblo mexicano ha vivido y recorrido en materia rural, para conservar lo bueno, superar lo defectuoso, reafirmar en el presente lo acertado y proyectar, ya con experiencia, una acertada acción productora de alimentos, así como desarrollar otras fuentes productivas alternas y necesarias para la creación de empleos.
La Reforma Agraria es todo un proceso que nace con el mismo pueblo de México desde sus más remotos antecedentes precolombinos, y sus reiterados intentos por llegar a su realización, en la Colonia, en la Independencia, en la Reforma, hasta que finalmente aflora violenta y vigorosa, incontenible e innegable, en 1911 con Emiliano Zapata y, desde entonces, inicia un camino de realización de acuerdo a las etapas lógicas que su largo y complejo proceso implica, en juego con las posibilidades reales del país.
Esta compilación de los planes y derechos rurales del pueblo mexicano, como lo señala la autora, puede tener algunos usos altamente valiosos, entre ellos, tener una clara conciencia de lo que el pueblo mexicano ha vivido y recorrido en materia rural, para conservar lo bueno, superar lo defectuoso, reafirmar en el presente lo acertado y proyectar, ya con experiencia, una acertada acción productora de alimentos, así como desarrollar otras fuentes productivas alternas y necesarias para la creación de empleos.