En esta nueva entrega, Benegas Lynch muestra el extenso territorio que cubre el liberalismo que parte de una concepción fundamentalmente ética. El libro abarca temas tales como el relativismo, la creatividad, los pilares del derecho y la diferencia con los pseudoderechos, la ecología, el evolucionismo, el análisis de autores como Marx y Keynes, las bases de la economía, los daños que produce el nacionalismo, el rol de las estadísticas, la trascendencia de la educación, el posmodernismo y tantos otros aspectos desde la mirada del siempre abierto espíritu liberal, es decir, como el título de la obra marca, partiendo de la premisa del indispensable respeto recíproco. Todo este esqueleto conceptual que se subraya en el presente trabajo, rechaza enfáticamente la ideología, no en el sentido inocente del diccionario, ni siquiera en el sentido marxista de “falsa conciencia de clase”, sino como algo cerrado, terminado e inexpugnable, lo cual contradice abiertamente al liberalismo que prioriza la noción popperiana de que el conocimiento es provisorio abierto a posibles refutaciones. En este nuevo libro de Alberto Benegas Lynch (h) sobresalen dos ideas centrales. La primera es la puntualización de que se han abandonado los ideales democráticos para sustituir el sistema por mera cleptocracia, por lo que el autor invita a pensar en controles adicionales al efecto de limitar el poder del Leviatán. La segunda idea enfatiza el rol bienhechor de la desigualdad de ingresos y patrimonios como consecuencia de las votaciones diarias en el supermercado y afines, en contraposición a la llamada “redistribución de ingresos” que inexorablemente opera a contramano de las referidas votaciones y, por ende, se derrochan recursos que, a su vez, se traducen en disminuciones de salarios en términos reales, lo cual perjudica especialmente a los más necesitados debido a la consecuente merma en las tasas de capitalización.
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