Una novela de las que abren senda en la hierba
Ángel Gil Cheza encontró, mientras trabajaba como arqueólogo, los restos de una chica enterrada en extrañas circunstancias a principios del siglo XI en la Irlanda vikinga. Desde el primer momento sintió un vínculo especial. La lluvia es una canción sin letra intenta explicar lo que pudo ocurrir años atrás, pero es solo ficción. O quién sabe. La verdad de las cosas no importa tanto como lo que sentimos, y sentir nos puede llevar a esa verdad, de algún modo.
Los lectores opinan:
«Hacía tiempo que no caía en mis manos un libro que me enganchara tanto, que me hiciera olvidar el tiempo y el espacio (...) He vuelto a reconciliarme con el placer de leer y leer de verdad. Muy bien escrito, sencillo y bien armado. Muy recomendable».
«Tan sugerente y llena de ecos como su bonito título. Una magistral narración con la que viajar muy lejos (...) La intensidad de las emociones, de las historias humanas ocurridas en cada época, te llevan de la mano y te sumergen en sus calles, su cultura, su historia, sus raíces vikingas. La recomiendo».
«Es una novela encantadora. Un viaje pasado-presente extraordinariamente hilado por el autor donde se encuentra una historia de encuentro con uno mismo. Los personajes principales están separados por mil años y un finísimo hilo los une en una aventura sencilla y creíble».
«La lluvia es una canción sin letra es una novela que te invita a leerla del tirón. Estás esperando el momento de retomar la lectura (...) Te hace vivir Irlanda, sentir la lluvia y el viento, oler la hierba mojada, resbalar en el barro y amar u odiar a sus personajes. Te mantienes enganchado siguiendo los pasos de Eimear y su vikingo, sintiendo la fuerza de la pelirroja pecosa, compartiendo y admirando la belleza de Thorgest y enamorándote del indiscutible protagonista Josep».