El 21 de enero de 1793 la cabeza de Luis XVI rodó guillotinada en la Plaza de la Concordia de París, con el voto de su primo el duque de Orleáns, perteneciente a una rama menor de la Casa de Borbón, quien pasaría a la posteridad como el célebre traidor regicida Felipe Igualdad. Desde ese instante tal parece como si la Casa de Orleáns portara una maldición sobre sus futuros descendientes. Medio siglo después de aquel día, aquella rama menor de la Casa Real de Francia terminó teniendo un protagonismo crucial sobre otra rama Borbón: la española.
Luis Felipe de Orleáns, hijo de Felipe Igualdad, sería proclamado “rey de los franceses” entre 1830 y 1848. Fue un trono corto en términos históricos y que daría un solo rey a Francia. Sin embargo, produjo ramificaciones históricas de largas proporciones, ya que los Orleáns intentaron afianzar el poder y la legitimidad de la que carecían, enlazando con distintas casas reales europeas a través de alianzas matrimoniales. Fue así como su hijo Antonio de Orleáns, duque de Montpensier, contrajo matrimonio con la infanta española Luisa Fernanda, hermana de la reina Isabel II. Desde entonces los Orleáns han estado fuertemente vinculados con la Casa Real española. Vínculos de sangre que llegaron hasta nuestros días en la persona de la condesa de Barcelona, la madre del rey Juan Carlos, bisnieta del duque de Montpensier.
Con su característica prosa elegante, ágil y fiel a la historia, José María Zavala viene a poner en solfa las tragedias personales y políticas de los Orleáns en España, intentando que el lector determine cuál fue el peso que la cabeza de Luis XVI terminó arrojando sobre el trono español.
Luis Felipe de Orleáns, hijo de Felipe Igualdad, sería proclamado “rey de los franceses” entre 1830 y 1848. Fue un trono corto en términos históricos y que daría un solo rey a Francia. Sin embargo, produjo ramificaciones históricas de largas proporciones, ya que los Orleáns intentaron afianzar el poder y la legitimidad de la que carecían, enlazando con distintas casas reales europeas a través de alianzas matrimoniales. Fue así como su hijo Antonio de Orleáns, duque de Montpensier, contrajo matrimonio con la infanta española Luisa Fernanda, hermana de la reina Isabel II. Desde entonces los Orleáns han estado fuertemente vinculados con la Casa Real española. Vínculos de sangre que llegaron hasta nuestros días en la persona de la condesa de Barcelona, la madre del rey Juan Carlos, bisnieta del duque de Montpensier.
Con su característica prosa elegante, ágil y fiel a la historia, José María Zavala viene a poner en solfa las tragedias personales y políticas de los Orleáns en España, intentando que el lector determine cuál fue el peso que la cabeza de Luis XVI terminó arrojando sobre el trono español.