’¡ATÚ ENEKARÄ UTALI WUACURA SELLIN OTRU BAWA!’ (Vivirás eternamente hasta que todo lo blanco se cubra de negro). Esa maldición condena a nuestro protagonista, el capitán de barco Julían Smith y sirve como línea argumental para recorrer la historia que narra Julio González Padrón en la presente novela.
El autor de Cuentos, Refranes y Poemas de la Mar (Marge Books, 2010) y Las Palmas de Gran Canaria; nuestro puerto y nuestra ciudad (Marge Book, 2007) nos presenta ahora su primera obra narrativa. Cuenta la historia de una importante saga de marinos y navieros que renacen desde la ruina con un viaje a América para la venta de esclavos africanos que marcará el devenir del personaje principal y sus descendientes.
El mundo del mar y del puerto, que este marino mercante conoce excepcionalmente bien, se entremezcla con bien medidas dosis de la historia de finales del siglo XIX y el siglo XX, con un gran esfuerzo didáctico, que favorecen el viaje del lector a lo largo de los tiempos de la novela. Los cambios en las costumbres de la navegación, los avances en la construcción de los navíos, el variable entorno sociopolítico de la España del XX, la idiosincrasia y excepcionalidad canaria de la época y, por supuesto, la guerra entre los principios y la supervivencia, son algunos de los entornos en lo que esta novela navega con total tranquilidad y equilibrio.
González Padrón cuenta como nuestro protagonista, Julían Smith, de familia Riojana e Inglesa, parte desde Cádiz, tras un fatídico suceso, con destino a América con el fin de obtener una importante suma de capital que le permita refundar la firma naviera Smith e Izquierdo junto a su tío y su sobrino. Un periplo que nos hace encontrarnos por primera vez en la historia con las Islas Canarias, espacio narrativo en el que se desarrollará gran parte de la novela. Ese último “barco negrero”, justo antes de la abolición de la esclavitud, y por tanto de la prohibición de ese tipo de negocios, creará el primer de las confrontaciones morales de J. Smith quien, como masón, no puede en ningún caso aceptar la no libertar de un hombre ni la supeditación de este a otro. Una serie de acontecimientos, entre los que se encuentra el que da nombre a esta obra La Maldición del Negro cambia por completo los planes de este capitán, quien pronto se ve con una importante suma de dinero y multiplicando las naves y el negocio de su naviera.
Establecido una vez en Canarias nuestro protagonista, González Padrón comienza a narrar con detalle las peculiaridades de las costumbres sociales que, por aquel entonces, reinan en las islas. El peso de la colonia británica, el incipiente Puerto de La Luz, el negocio de la exportación, y el Alzamiento Militar del 36, son algunas de los espacios y tiempos que nuestro autor toma para su historia, pero que a su vez no quedan libres de análisis, y en algunos casos, de valoración certera.
De narración ágil, con un encanto especial para los amantes de las aventuras y para los interesados en la historia del último siglo, esta novela demuestra que González Padrón tiene un don innato para contar historias de forma atractiva y didáctica. Lejos de quedarse tan sólo en una novela entretenida, este humanista busca entre las líneas de las vidas de sus protagonistas una forma, en algunos casos, casi iniciática, de recorrer los principios que todo hombre de honor y libre debe tomar como equilibrio para su arquitectura vital y social. Toma especial interés que la historia llegue hasta casi nuestros días, por lo que gran parte de los acontecimientos que enmarcan la narración son en parte hechos que para todos son reconocibles, por lo que, cuanto más se acerca el final de la historia, uno parece convivir con sus personajes.
El mar, la venganza, el amor, las supersticiones, las guerras ideológicas, las crisis económicas, la aventura, tiene su espacio en las páginas de esta fantástica novela de Julio González Padrón.
El autor de Cuentos, Refranes y Poemas de la Mar (Marge Books, 2010) y Las Palmas de Gran Canaria; nuestro puerto y nuestra ciudad (Marge Book, 2007) nos presenta ahora su primera obra narrativa. Cuenta la historia de una importante saga de marinos y navieros que renacen desde la ruina con un viaje a América para la venta de esclavos africanos que marcará el devenir del personaje principal y sus descendientes.
El mundo del mar y del puerto, que este marino mercante conoce excepcionalmente bien, se entremezcla con bien medidas dosis de la historia de finales del siglo XIX y el siglo XX, con un gran esfuerzo didáctico, que favorecen el viaje del lector a lo largo de los tiempos de la novela. Los cambios en las costumbres de la navegación, los avances en la construcción de los navíos, el variable entorno sociopolítico de la España del XX, la idiosincrasia y excepcionalidad canaria de la época y, por supuesto, la guerra entre los principios y la supervivencia, son algunos de los entornos en lo que esta novela navega con total tranquilidad y equilibrio.
González Padrón cuenta como nuestro protagonista, Julían Smith, de familia Riojana e Inglesa, parte desde Cádiz, tras un fatídico suceso, con destino a América con el fin de obtener una importante suma de capital que le permita refundar la firma naviera Smith e Izquierdo junto a su tío y su sobrino. Un periplo que nos hace encontrarnos por primera vez en la historia con las Islas Canarias, espacio narrativo en el que se desarrollará gran parte de la novela. Ese último “barco negrero”, justo antes de la abolición de la esclavitud, y por tanto de la prohibición de ese tipo de negocios, creará el primer de las confrontaciones morales de J. Smith quien, como masón, no puede en ningún caso aceptar la no libertar de un hombre ni la supeditación de este a otro. Una serie de acontecimientos, entre los que se encuentra el que da nombre a esta obra La Maldición del Negro cambia por completo los planes de este capitán, quien pronto se ve con una importante suma de dinero y multiplicando las naves y el negocio de su naviera.
Establecido una vez en Canarias nuestro protagonista, González Padrón comienza a narrar con detalle las peculiaridades de las costumbres sociales que, por aquel entonces, reinan en las islas. El peso de la colonia británica, el incipiente Puerto de La Luz, el negocio de la exportación, y el Alzamiento Militar del 36, son algunas de los espacios y tiempos que nuestro autor toma para su historia, pero que a su vez no quedan libres de análisis, y en algunos casos, de valoración certera.
De narración ágil, con un encanto especial para los amantes de las aventuras y para los interesados en la historia del último siglo, esta novela demuestra que González Padrón tiene un don innato para contar historias de forma atractiva y didáctica. Lejos de quedarse tan sólo en una novela entretenida, este humanista busca entre las líneas de las vidas de sus protagonistas una forma, en algunos casos, casi iniciática, de recorrer los principios que todo hombre de honor y libre debe tomar como equilibrio para su arquitectura vital y social. Toma especial interés que la historia llegue hasta casi nuestros días, por lo que gran parte de los acontecimientos que enmarcan la narración son en parte hechos que para todos son reconocibles, por lo que, cuanto más se acerca el final de la historia, uno parece convivir con sus personajes.
El mar, la venganza, el amor, las supersticiones, las guerras ideológicas, las crisis económicas, la aventura, tiene su espacio en las páginas de esta fantástica novela de Julio González Padrón.