En noviembre de 1922, más de un siglo después de la localización de la primera tumba en el Valle de los Reyes y tras años de estudio, planificación y escrutinio del lugar, Howard Carter protagonizó el que a día de hoy sigue siendo el hallazgo arqueológico más importante de todos los tiempos, el de la tumba de Tutankamón.
La relevancia de su descubrimiento estriba en el hecho de que, de las más de sesenta tumbas encontradas, ésta era la única que permanecía intacta. Repleta de tesoros, ropas, vasijas, momias y símbolos religiosos, permitía reconstruir la vida en el Egipto antiguo y daba luz a las investigaciones que los egiptólogos llevaban décadas realizando. Un hito que sería el germen de la fascinación que aún hoy despiertan en occidente las momias y sus supuestas maldiciones.
Con extraordinaria habilidad narrativa no exenta de ironía, Tyldesley aprovecha el descubrimiento y la vida de Tutankamón para examinar cómo nos aproximamos a nuestro pasado antiguo, sumergiéndonos en la vida del joven monarca y su reinado y en la historia del descubrimiento de su tumba.
La relevancia de su descubrimiento estriba en el hecho de que, de las más de sesenta tumbas encontradas, ésta era la única que permanecía intacta. Repleta de tesoros, ropas, vasijas, momias y símbolos religiosos, permitía reconstruir la vida en el Egipto antiguo y daba luz a las investigaciones que los egiptólogos llevaban décadas realizando. Un hito que sería el germen de la fascinación que aún hoy despiertan en occidente las momias y sus supuestas maldiciones.
Con extraordinaria habilidad narrativa no exenta de ironía, Tyldesley aprovecha el descubrimiento y la vida de Tutankamón para examinar cómo nos aproximamos a nuestro pasado antiguo, sumergiéndonos en la vida del joven monarca y su reinado y en la historia del descubrimiento de su tumba.