Soy Lili, una intrusa.
A veces pienso que sobro en este mundo. Es decir, que fui concebida para otro propósito que el de mi propia vida. En ello, no sé cuántas personas habrán nacido que puedan decir haber sido concebidas como una medicina. Una vida, planificada para salvar a otra.
Quizá, Papá y Mamá no me concibieron con pasión, sino con un cálculo meditado. Tal vez no fue una noche de trastadas, un San Valentín, un calentón en el coche…
Yo fui otra cosa. Yo fui una idea, una esperanza, un último remedio.
Así empieza este libro. Lili ha sido concebida para salvar la vida de su hermana. Es uno de esos llamados “niños medicina”. Al menos, así lo siente ella.
Ese parecer la acompañará el resto de su vida, cuando crezca pensando que su lugar en el mundo no le pertenece, que no ha nacido con un derecho natural. Eso la hará estar ligada irremediablemente a la muerte, a un vaivén de seducción con la fatalidad.
A veces pienso que sobro en este mundo. Es decir, que fui concebida para otro propósito que el de mi propia vida. En ello, no sé cuántas personas habrán nacido que puedan decir haber sido concebidas como una medicina. Una vida, planificada para salvar a otra.
Quizá, Papá y Mamá no me concibieron con pasión, sino con un cálculo meditado. Tal vez no fue una noche de trastadas, un San Valentín, un calentón en el coche…
Yo fui otra cosa. Yo fui una idea, una esperanza, un último remedio.
Así empieza este libro. Lili ha sido concebida para salvar la vida de su hermana. Es uno de esos llamados “niños medicina”. Al menos, así lo siente ella.
Ese parecer la acompañará el resto de su vida, cuando crezca pensando que su lugar en el mundo no le pertenece, que no ha nacido con un derecho natural. Eso la hará estar ligada irremediablemente a la muerte, a un vaivén de seducción con la fatalidad.