Florentino Ameghino tuvo el ahínco del conquistador, la firmeza del estudioso y la solvencia espartana del sabio. Por eso un día lanzó al mundo la teoría de que el origen del hombre había tenido lugar en territorio argentino. Ningún otro compatriota se arriesgó a tanto. En algún tiempo lo llamaron despectivamente “el huesero”.
Hoy su nombre encabeza la ciencia nacional.
Esta novela presenta a su mujer, Leontina Poirier, joven francesa de la que se enamoró en París en ocasión de presentar su tesis en la Feria Internacional de 1879.
Consciente de las dificultades que presenta el abordaje de los temas científicos, la autora apeló a una trama sencilla para difundir aspectos de la ciencia junto a otros de la vida cotidiana, y lo hace sin endiosar a sus personajes.
“La mujer del huesero” es un libro notable que cuenta con una correcta ambientación, conflictos de época y testimonios atractivos que han sido presentados con fluida prosa.
Hoy su nombre encabeza la ciencia nacional.
Esta novela presenta a su mujer, Leontina Poirier, joven francesa de la que se enamoró en París en ocasión de presentar su tesis en la Feria Internacional de 1879.
Consciente de las dificultades que presenta el abordaje de los temas científicos, la autora apeló a una trama sencilla para difundir aspectos de la ciencia junto a otros de la vida cotidiana, y lo hace sin endiosar a sus personajes.
“La mujer del huesero” es un libro notable que cuenta con una correcta ambientación, conflictos de época y testimonios atractivos que han sido presentados con fluida prosa.