La mayoría de los habitantes de la República sufre cotidianamente alguno
de estos dos problemas:
+ No conocen sus derechos y por ende no logran hacerlos respetar
porque ni siquiera saben que existen.
+ Conocen sus derechos pero no logran hacerlos valer.
Por eso mismo, «La Noble Igualdad» "traduce" el sistema legal argentino
(hasta hoy oscuro, encriptado y accesible para pocos) y explica con
lenguaje de barrio los derechos que la Constitución Nacional nos da a
todos los habitantes de la Argentina. Está escrito para ser comprendido
tanto por un joven de doce años como por sus abuelos, por una persona
que apenas sabe leer, un ingeniero en astrofísica, una maestra y, claro,
un abogado (al que buena falta puede hacerle bajar al nivel de la
calle).
Las leyes y la Justicia afectan cada momento de nuestra vida cotidiana;
deciden qué podemos hacer y qué no, qué podemos poseer y qué no, qué
podemos decir y qué no y qué cosas es posible exigir tanto al Estado
como al resto de nuestros conciudadanos.
Pero por lo general, los abogados, jueces y académicos del Derecho
«hablan y escriben raro». Todos debemos entender claramente cómo
funciona el sistema legal, qué herramientas nos da la Constitución
Nacional, cuáles son nuestros derechos y cómo hacerlos respetar.
No entender un derecho es como no tenerlo.
www.lanobleigualdad.org
de estos dos problemas:
+ No conocen sus derechos y por ende no logran hacerlos respetar
porque ni siquiera saben que existen.
+ Conocen sus derechos pero no logran hacerlos valer.
Por eso mismo, «La Noble Igualdad» "traduce" el sistema legal argentino
(hasta hoy oscuro, encriptado y accesible para pocos) y explica con
lenguaje de barrio los derechos que la Constitución Nacional nos da a
todos los habitantes de la Argentina. Está escrito para ser comprendido
tanto por un joven de doce años como por sus abuelos, por una persona
que apenas sabe leer, un ingeniero en astrofísica, una maestra y, claro,
un abogado (al que buena falta puede hacerle bajar al nivel de la
calle).
Las leyes y la Justicia afectan cada momento de nuestra vida cotidiana;
deciden qué podemos hacer y qué no, qué podemos poseer y qué no, qué
podemos decir y qué no y qué cosas es posible exigir tanto al Estado
como al resto de nuestros conciudadanos.
Pero por lo general, los abogados, jueces y académicos del Derecho
«hablan y escriben raro». Todos debemos entender claramente cómo
funciona el sistema legal, qué herramientas nos da la Constitución
Nacional, cuáles son nuestros derechos y cómo hacerlos respetar.
No entender un derecho es como no tenerlo.
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