«La noche de los lápices» es mucho más que una investigación. María
Seoane y Héctor Ruiz Núñez bucearon en los recuerdos de familiares y
amigos, en los cuadernos y papeles personales de cada una de las
víctimas para desentrañar sus sueños y expectativas truncas, y los
superpusieron al retrato de una Argentina paralizada por el terror y el
autoritarismo.
Tanto que, desde su aparición en 1986, el libro se convirtió en un
clásico instantáneo -traducido al alemán, italiano, portugués, llevado
al cine por Héctor Olivera-, no solo por exponer aspectos fundamentales
de la historia política de nuestros adolescentes, sino por su
contribución a la toma de conciencia, en adultos y jóvenes por igual, de
la defensa de libertad y la condena a toda forma de autoritarismo.
Seoane y Héctor Ruiz Núñez bucearon en los recuerdos de familiares y
amigos, en los cuadernos y papeles personales de cada una de las
víctimas para desentrañar sus sueños y expectativas truncas, y los
superpusieron al retrato de una Argentina paralizada por el terror y el
autoritarismo.
Tanto que, desde su aparición en 1986, el libro se convirtió en un
clásico instantáneo -traducido al alemán, italiano, portugués, llevado
al cine por Héctor Olivera-, no solo por exponer aspectos fundamentales
de la historia política de nuestros adolescentes, sino por su
contribución a la toma de conciencia, en adultos y jóvenes por igual, de
la defensa de libertad y la condena a toda forma de autoritarismo.