Ensayo del año 2011 en eltema Griego / Griego antiguo, Nota: 1, , Materia: Máster, Idioma: Español, Resumen: Luciano de Samósata es uno de los representantes destacados de la llamada Segunda Sofística, movimiento que supone un apogeo de la retórica, que es coetáneo y, a la vez, influye en el último de los géneros literarios griegos: la novela. La novela occidental nace en el oriente próximo de habla griega durante la Época Helenística. Se trata de una zona geográfica muy amplia pero con una cultura y tradición literaria común y homogénea cuya lengua de expresión era la koiné griega.
La novela es un género tardío de la literatura griega. Tenemos testimonios que van desde el s. I a.C. hasta el IV d.C. Las que conservamos son restos de una producción que se supone más amplia. Sin embargo, el rasgo más importante de la novela es su carácter no griego pues está plagada de rasgos orientales.
Algunas características generales de la novela griega son: el individualismo del héroe; la acentuación psicológica; la ruptura entre los ideales del personaje y su mundo; su carácter ético problemático y la forma abierta. Es el último de los géneros y aparece en una época de decadencia. No es un producto clásico, sino más bien anticlásico. La mayoría de las novelas conservadas son de tipo romántico. No se trató de este género en las poéticas clásicas ni está sujeto a reglas de composición con proporciones fijas. Admite todo: verso, prosa, digresiones, etc. Es por eso que carece de forma canónica. Se trata de una forma abierta a la que incluso le faltó una denominación en la Antigüedad. Comparte con la historiografía el gusto por lo maravilloso y lo lejano. Al apartarse del ideal clásico abre camino a los tipos medios y a los sentimientos corrientes, al ideal burgués en definitiva. Al igual que el arte helenístico, tiende a plasmar lo íntimo, lo patético, lo vulgar y lo grandioso, continuando una tendencia de siglos que busca el efectismo teatral e intenta aproximarse a la realidad en sus aspectos más triviales hacia un naturalismo incipiente.
La novela es un género tardío de la literatura griega. Tenemos testimonios que van desde el s. I a.C. hasta el IV d.C. Las que conservamos son restos de una producción que se supone más amplia. Sin embargo, el rasgo más importante de la novela es su carácter no griego pues está plagada de rasgos orientales.
Algunas características generales de la novela griega son: el individualismo del héroe; la acentuación psicológica; la ruptura entre los ideales del personaje y su mundo; su carácter ético problemático y la forma abierta. Es el último de los géneros y aparece en una época de decadencia. No es un producto clásico, sino más bien anticlásico. La mayoría de las novelas conservadas son de tipo romántico. No se trató de este género en las poéticas clásicas ni está sujeto a reglas de composición con proporciones fijas. Admite todo: verso, prosa, digresiones, etc. Es por eso que carece de forma canónica. Se trata de una forma abierta a la que incluso le faltó una denominación en la Antigüedad. Comparte con la historiografía el gusto por lo maravilloso y lo lejano. Al apartarse del ideal clásico abre camino a los tipos medios y a los sentimientos corrientes, al ideal burgués en definitiva. Al igual que el arte helenístico, tiende a plasmar lo íntimo, lo patético, lo vulgar y lo grandioso, continuando una tendencia de siglos que busca el efectismo teatral e intenta aproximarse a la realidad en sus aspectos más triviales hacia un naturalismo incipiente.