Barbara L. Shackleton, antes Rita Amber, consiguió un éxito abrumador con su primera novela. Se vendieron millones de ejemplares y la historia fue llevada al cine, con buen presupuesto y una otoñal Bette Davis como estrella rutilante.
Durante unos años vivió de esa fama y hasta mereció el Premio Pulitzer de 1972. Cuando sus millones de lectores, así como su editor, le piden la segunda parte se refugia en su mansión de Long Island.
Allí se abastece de una docena de máquinas de escribir, y compra muñecas antiguas a las que corta el cabello con unas tijeras para hacerlas parecer a la protagonista de su libro.
La inesperada visita de un conocido hará que la novela que la llevó a la cumbre literaria muestre sus secretos.
Durante unos años vivió de esa fama y hasta mereció el Premio Pulitzer de 1972. Cuando sus millones de lectores, así como su editor, le piden la segunda parte se refugia en su mansión de Long Island.
Allí se abastece de una docena de máquinas de escribir, y compra muñecas antiguas a las que corta el cabello con unas tijeras para hacerlas parecer a la protagonista de su libro.
La inesperada visita de un conocido hará que la novela que la llevó a la cumbre literaria muestre sus secretos.