Alocado, extrovertido, mujeriego y juerguista son algunos de los adjetivos que definen a Max Foster, segundo guitarrista de la banda Slow Death. Conocido principalmente en la prensa no sólo por su talento musical y destreza con la guitarra eléctrica, sino también por su estilo de vida en el mundo de la dominación y la sumisión. No lo esconde y no cree que deba ser algo de lo que avergonzarse.
Una de las primeras directrices que aprendió al integrarse en este mundo fue clara y simple, siempre antes de tener una sesión con una sumisa es que debe ser de forma segura, sensata y consensuada.
—No deberías estar aquí —le indico con voz autoritaria. Frunce el ceño y da un paso al frente retándome. ¡¿Qué cojones le ocurre?!
—¿Por qué no? No soy nada tuyo, puedo estar donde me plazca.
—Éste no es tu sitio. —Llevo mis ojos a la cruz de San Andrés que tiene a su espalda mientras baja de ella la chica recién azotada por su Amo.
—¿Y cuál es mi lugar según tú?
Me acerco a ella con determinación. Llevo demasiado tiempo alejándome de mi mayor obsesión y ya no hay vuelta atrás. Las cartas están echadas sobre la mesa y no puedo, ni debo dejar que esta locura continúe.
Una de las primeras directrices que aprendió al integrarse en este mundo fue clara y simple, siempre antes de tener una sesión con una sumisa es que debe ser de forma segura, sensata y consensuada.
—No deberías estar aquí —le indico con voz autoritaria. Frunce el ceño y da un paso al frente retándome. ¡¿Qué cojones le ocurre?!
—¿Por qué no? No soy nada tuyo, puedo estar donde me plazca.
—Éste no es tu sitio. —Llevo mis ojos a la cruz de San Andrés que tiene a su espalda mientras baja de ella la chica recién azotada por su Amo.
—¿Y cuál es mi lugar según tú?
Me acerco a ella con determinación. Llevo demasiado tiempo alejándome de mi mayor obsesión y ya no hay vuelta atrás. Las cartas están echadas sobre la mesa y no puedo, ni debo dejar que esta locura continúe.