Policarpa Zalabarrieta y Alejo Zabaraín, dos calentanos
cundinamarqueses, se encuentran después de muchos años en la Santafé de
1817, gobernada por el déspota mariscal Juan Sámano y su pandilla de
espías y militares. Los ejércitos españoles triunfan en todas las
provincias del reino pero en la capital una joven costurera y su novio
prisionero conspiran contra los godos. Policarpa y Alejo se ven
envueltos en el torbellino de amor, de guerra y de muerte que devasta
todo el reino. Una conjura se teje entre abrazos apasionados y
triángulos amorosos, al tiempo que el narrador dibuja un goyesco cuadro
del horror de entonces.
#Esta novela ofrece una valiosa y, por demás, oportuna lección a un país
muy dado a olvidar su propia historia o, peor aún, en el caso de las
feroces luchas de inicios del siglo XIX, a imaginarlas como una epopeya
romántica. Pedro Barán Padauí ofrece una asombrosa investigación de los
hechos. Además de contar bellamente la pasión (en todos los sentidos de
la palabra) de Policarpa, el libro sirve para recordar que la llamaba
independencia nació en medio de crueles matanzas, seguidas de
sangrientas guerras civiles, no siempre motivadas por los altos ideales.
Cosa que explica, al menos en parte, por qué el país sigue andando,
después de doscientos años, por el mismo sendero infernal. La historia
no se detiene. Continúa. Y con pocas modificaciones. No es exagerado
decir que la leer estas hermosas # pero a veces escalofriantes #
páginas, todo colombiano entenderá mejor la realidad de hoy#
Walter Joe Broderick.
cundinamarqueses, se encuentran después de muchos años en la Santafé de
1817, gobernada por el déspota mariscal Juan Sámano y su pandilla de
espías y militares. Los ejércitos españoles triunfan en todas las
provincias del reino pero en la capital una joven costurera y su novio
prisionero conspiran contra los godos. Policarpa y Alejo se ven
envueltos en el torbellino de amor, de guerra y de muerte que devasta
todo el reino. Una conjura se teje entre abrazos apasionados y
triángulos amorosos, al tiempo que el narrador dibuja un goyesco cuadro
del horror de entonces.
#Esta novela ofrece una valiosa y, por demás, oportuna lección a un país
muy dado a olvidar su propia historia o, peor aún, en el caso de las
feroces luchas de inicios del siglo XIX, a imaginarlas como una epopeya
romántica. Pedro Barán Padauí ofrece una asombrosa investigación de los
hechos. Además de contar bellamente la pasión (en todos los sentidos de
la palabra) de Policarpa, el libro sirve para recordar que la llamaba
independencia nació en medio de crueles matanzas, seguidas de
sangrientas guerras civiles, no siempre motivadas por los altos ideales.
Cosa que explica, al menos en parte, por qué el país sigue andando,
después de doscientos años, por el mismo sendero infernal. La historia
no se detiene. Continúa. Y con pocas modificaciones. No es exagerado
decir que la leer estas hermosas # pero a veces escalofriantes #
páginas, todo colombiano entenderá mejor la realidad de hoy#
Walter Joe Broderick.