La poesía

Angélica, desconecte el teléfono y sacudió la cabeza. Sí, la madre, como siempre en su repertorio. Él cree que un regalo caro es mejor que hacer sus propias manos. Cuando usted se encuentra en su panadería, lo primero que uno se pregunta cómo muchas estatuas de dioses y diosas griegos hay probablemente más que en el museo. A pesar de su madre y de cumplir los cuarenta, pero la pasión por la historia del mundo antiguo y el deseo de reunir una gran colección de esculturas, y permaneció con ella. Pero que su madre, Angélica y locamente la amaba, a pesar de que a veces irritaba su madre le habla sin cesar sobre los pretendientes ricos.
Y Angélica no ha pensado en el matrimonio, ya que el objetivo principal en este momento, para aprender y para abrir su propio taller en el diseño y crea flores, donde no sólo recibían órdenes para la decoración de pasteles, pero también llevó a cabo cursos de formación ... Mientras tanto, Angélica practica madre panadería. Honestamente, su familia se volvió en contra de la primera profesión, con ganas de Angélica aprendió a ser un abogado o gerente de banco. El primero es un demasiado monótono, no permitiendo que su naturaleza creativa abierta, y la segunda sulfónico ya que ella no le gustaba quejarse con los números.
De repente, cuando entró en el siguiente turno, el Jeep negro a una velocidad vertiginosa se roció con agua de un charco. Angélica se congeló en estado de shock, sin darse cuenta plenamente de lo que había sucedido, hasta que la piel blanca no es un lugar fangoso en expansión.