Carlos Santacara realiza un exhaustivo trabajo de documentación e investigación sumergiéndose en todos los documentos referidos a la Primera Guerra Carlista que se encuentran tanto en los archivos británicos como en otras bibliotecas. Fruto de este trabajo ha conseguido elaborar un texto que sirve tanto para explicar cómo era la España de la época así como los entresijos de la guerra y su influencia en el mapa europeo.
En la Primera Guerra Carlista, 1833-1840, la participación británica no fue decisiva, como lo había sido en la Guerra de la Independencia veinte años antes. El número de tropas británicas nunca llegó a los 10.000 en un momento dado, y su participación no fue más allá del País Vasco, Cantabria y provincia de Burgos.
Sin embargo, oficiales británicos actuaron por toda España colaborando con los ejércitos españoles, y ayudando a humanizar la guerra tanto en el frente del Norte, un hecho conocido en España, como en Levante, algo no tan conocido.
En el plano diplomático, George Villiers llegó a Madrid como embajador británico el día anterior a la muerte de Fernando VII, y siguiendo las instrucciones del ministro británico de Exteriores, Palmerston, tuvo una participación muy activa en la vida política española, y llegó a tener gran influencia en algunas de sus decisiones.
Todo esto está reflejado en el libro usando fuentes impresas y docenas de manuscritos inéditos de los archivos británicos.
En la Primera Guerra Carlista, 1833-1840, la participación británica no fue decisiva, como lo había sido en la Guerra de la Independencia veinte años antes. El número de tropas británicas nunca llegó a los 10.000 en un momento dado, y su participación no fue más allá del País Vasco, Cantabria y provincia de Burgos.
Sin embargo, oficiales británicos actuaron por toda España colaborando con los ejércitos españoles, y ayudando a humanizar la guerra tanto en el frente del Norte, un hecho conocido en España, como en Levante, algo no tan conocido.
En el plano diplomático, George Villiers llegó a Madrid como embajador británico el día anterior a la muerte de Fernando VII, y siguiendo las instrucciones del ministro británico de Exteriores, Palmerston, tuvo una participación muy activa en la vida política española, y llegó a tener gran influencia en algunas de sus decisiones.
Todo esto está reflejado en el libro usando fuentes impresas y docenas de manuscritos inéditos de los archivos británicos.