Enero de 1595.
Pedro García de Oñate Alarcón mira por la borda el extenso mar que se prolonga en todo el horizonte. Tres naves españolas han partido del puerto de Manila con destino al Reino de la Cambuja, hoy en la actual Camboya para socorrer a su rey del hostigamiento y acoso de aquellos que, con el apoyo del Reino de Siam, pretendían su trono.
Los capitanes al mando de la misma son dos valientes, Blas Ruiz, español y cristiano viejo y un portugués enigmático, pero igual de bravo, llamado Diego Veloso,
En la tripulación los marineros y soldados son tanto de una nacionalidad como de la otra; pero además están ayudados en su aventura por un grupo de samurais japoneses, que si bien partieron como meros mercenarios, mantendrán un concepto de la fidelidad hacia sus capitanes occidentales más allá de sus propias vidas.
Mil y una las peripecias están a punto de ocurrir. Una aventura que encierra un destino insospechado y lleno de misterio. A su lado fray Diego Aduarte, tan buen soldado como fraile, figura histórica a la que, por ignorancia, no se la ha hecho justicia, como no se la hizo la misma vida al protagonista de esta excepcional novela histórica de aventuras, el sevillano Pedro García de Oñate Alarcón.
El destino le llevará por toda la península de Indochina, incluido el reino de Siam; por los puertos portugueses de Indonesia para, finalmente, embarcar de vuelta a España, recalando en la India.
Por circunstancias de la desagradecida vida de aquella época, Pedro García de Oñate Alarcón visitará la Cárcel Real de Sevilla, su ciudad natal. Él, que luchará codo con codo con los dos capitanes que llegaron a ser gobernadores de inmensas provincias de la Cambuja, y de cuyas peripecias será uno de los supervivientes, se verá en la duda de tener que partir de nuevo a América para escapar de una patria tan ingrata con unos hijos que, en aquel entonces, la hicieron tan enorme...
Pedro García de Oñate Alarcón mira por la borda el extenso mar que se prolonga en todo el horizonte. Tres naves españolas han partido del puerto de Manila con destino al Reino de la Cambuja, hoy en la actual Camboya para socorrer a su rey del hostigamiento y acoso de aquellos que, con el apoyo del Reino de Siam, pretendían su trono.
Los capitanes al mando de la misma son dos valientes, Blas Ruiz, español y cristiano viejo y un portugués enigmático, pero igual de bravo, llamado Diego Veloso,
En la tripulación los marineros y soldados son tanto de una nacionalidad como de la otra; pero además están ayudados en su aventura por un grupo de samurais japoneses, que si bien partieron como meros mercenarios, mantendrán un concepto de la fidelidad hacia sus capitanes occidentales más allá de sus propias vidas.
Mil y una las peripecias están a punto de ocurrir. Una aventura que encierra un destino insospechado y lleno de misterio. A su lado fray Diego Aduarte, tan buen soldado como fraile, figura histórica a la que, por ignorancia, no se la ha hecho justicia, como no se la hizo la misma vida al protagonista de esta excepcional novela histórica de aventuras, el sevillano Pedro García de Oñate Alarcón.
El destino le llevará por toda la península de Indochina, incluido el reino de Siam; por los puertos portugueses de Indonesia para, finalmente, embarcar de vuelta a España, recalando en la India.
Por circunstancias de la desagradecida vida de aquella época, Pedro García de Oñate Alarcón visitará la Cárcel Real de Sevilla, su ciudad natal. Él, que luchará codo con codo con los dos capitanes que llegaron a ser gobernadores de inmensas provincias de la Cambuja, y de cuyas peripecias será uno de los supervivientes, se verá en la duda de tener que partir de nuevo a América para escapar de una patria tan ingrata con unos hijos que, en aquel entonces, la hicieron tan enorme...