La reina Cristina de Suecia (1626-1689) fue una mujer enigmática, extraordinaria y extravagante. Heredó el trono a los seis años. Brillante y políglota, mantuvo correspondencia con eruditos de todo el mundo, a muchos de los cuales atrajo hasta su corte. Quiso convertir su austera capital de Estocolmo en una nueva Atenas donde florecieran las letras y las artes. Cuando renunció al trono de Suecia tenía ya las miras puestas en el de Nápoles. Camino a Roma, abjuró públicamente de la fe luterana y abrazó el catolicismo, lo que causó sensación y fue recibido con gran alborozo en la ciudad santa. Nada más llegar, se enamoró de un joven cardenal, al que idolatró hasta el final de sus días. Cristina de Suecia vivió allí rodeada de sus colecciones de arte y sumida en numerosas relaciones, empresas e intrigas. Una leyenda ya en vida, Cristina ha sido ya objeto de una extensa literatura. Esta biografía arroja luz sobre temas poco conocidos o simplemente relegados de un vida azarosa y fascinante, como es el caso de sus relaciones con España.
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