No es difícil hacerse una idea de los problemas que entraña el tema de los guanches, pues aunque poseamos sobre ellos fuentes escritas, es claro que a pesar de su proximidad en el tiempo, sabemos de ellos mucho menos que de pueblos y culturas más remotas pero que manejaban la escritura y escribieron sobre ellos mismos. Por el contrario, lo poco que sabemos acerca de los guanches lo sabemos por quienes fueron a entrometerse en sus vidas sin que nadie los hubiera llamado. Como en otros muchos casos de contacto entre culturas muy distintas, solo tenemos la versión de los que sabían escribir. Pero esto que ya de por sí nos condena a tener una versión parcial y seguramente interesada de cómo vivía aquella gente, es doble inconveniente cuando se trata de averiguar, como en este caso, cuáles fueron sus creencias religiosas. Para colmo, la mayor parte de lo que nos ha llegado sobre tales creencias, fue escrito por un hombre de religión, el padre Alonso Espinosa. […]
Así pues, la tarea que ha emprendido Antonio Tejera está llena de dificultades más que presumibles, pero por lo me-nos cuenta, a mi parecer, con dos ventajas: la primera, no haber partido de presupuestos grandilocuentes, y la segunda, no haberse conformado con una simple exposición de los datos. Ha ensayado una explicación modesta de la cosmovisión religiosa de los guanches que a mi entender deja abierto a la investigación un buen número de temas sobre los que con gran honradez ha expuesto sus dudas, lo que siempre es mejor que hacer profesiones de fe.
Así pues, la tarea que ha emprendido Antonio Tejera está llena de dificultades más que presumibles, pero por lo me-nos cuenta, a mi parecer, con dos ventajas: la primera, no haber partido de presupuestos grandilocuentes, y la segunda, no haberse conformado con una simple exposición de los datos. Ha ensayado una explicación modesta de la cosmovisión religiosa de los guanches que a mi entender deja abierto a la investigación un buen número de temas sobre los que con gran honradez ha expuesto sus dudas, lo que siempre es mejor que hacer profesiones de fe.