La revolución del Neolítico por lo general es presentada como un proceso brusco y rápido, que duró entre 9000 a 8000 antes de Cristo, y durante el cual ocurrió la transición del sistema de vida nómada del cazador-recolector, para una vida de agricultores y ganaderos, establecidos en aldeas permanentes. Eso es en realidad una enorme simplificación para explicar el pasado, que no sucedió exactamente de esa manera. El proceso fue largo, lento y completamente irregular de una región para otra, y puede ser situado más o menos entre 15.000 al 5000 antes de Cristo. Este libro demuestra que el proceso no comenzó con la agricultrura fijando al hombre al suelo, como se suele suponer, sino que el cazador nómada se estableció de forma sedentaria, beneficiado por las excelentes condiciones climáticas, donde abundaban semillas, frutas y abundantes pastos que permitían la pemanencia de enormes rebaños de herbívoros en la región. Cazadores-recolectores que prosperaron, aumentando en número, construyendo santuários y organizados en confederaciones de tribus. Ese fue el comienzo de la revolución del Neolítico, y el responsable fue, como muchas veces antes, el clima.Si existe una verdad que la Historia nos revela, es que somos apenas criaturas moldadas por el medio ambiente y el clima.
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