Publicamos el segundo libro inédito de la autora a la que la Premio Nobel Svetlana Alexiévich ha reconocido como su máxima influencia.
La revolución es la segunda de la trilogía El pueblo en la guerra de Sofia Fedórchenko, enfermera rusa de gran talento literario que decidió anotar las palabras, historias y canciones que los soldados rusos intercambiaban tumbados en las camillas durante la Primera Guerra Mundial. Si en la primera parte del libro redactó estas voces desgarradoras con un estilo depurado, directo y fiel, recogiendo aquellos Testimonios de soldados rusos en el frente de la Primera Guerra Mundial, en esta segunda parte, hasta ahora inédita también, reproduce las voces de los campesinos rusos durante la Revolución Rusa de 1917.
Dios y el zar son los dos ídolos caídos del «viejo mundo» que abren paso a la «nueva vida», la vida moderna, europea, donde —como dicen los campesinos rusos— la libertad campará a sus anchas. La perplejidad, la inocencia y la incertidumbre recorren los comentarios de estos campesinos resentidos con un pasado en el que estuvieron condenados a la esclavitud, absortos ante la inminente llegada de un nuevo mundo que desconocían. No se aprecia en ellos, sin embargo, atisbo de miedo alguno a lo desconocido, sino que más bien se respira en sus palabras resignación y tranquila espera, seguramente porque la Revolución no fue para ellos peor que su vida prerrevolucionaria, llena de hambre, miseria y humillaciones.
Svetlana Alexiévich, escritora bielorrusa y Premio Nobel de Literatura 2015, reconoce a Sofia Fedórchenko como su máxima inspiración, y es que ambas escritoras, a pesar de la distancia en el tiempo, encuentran en la literatura el lugar común de la historia de sus respectivos países. Sin ellas, reproductoras ambas de «testimonios», «voces», «vidas particulares», no podríamos entender los sufrimientos y los retos a que se enfrentaron sendos pueblos a lo largo del trágico siglo XX.
La revolución es la segunda de la trilogía El pueblo en la guerra de Sofia Fedórchenko, enfermera rusa de gran talento literario que decidió anotar las palabras, historias y canciones que los soldados rusos intercambiaban tumbados en las camillas durante la Primera Guerra Mundial. Si en la primera parte del libro redactó estas voces desgarradoras con un estilo depurado, directo y fiel, recogiendo aquellos Testimonios de soldados rusos en el frente de la Primera Guerra Mundial, en esta segunda parte, hasta ahora inédita también, reproduce las voces de los campesinos rusos durante la Revolución Rusa de 1917.
Dios y el zar son los dos ídolos caídos del «viejo mundo» que abren paso a la «nueva vida», la vida moderna, europea, donde —como dicen los campesinos rusos— la libertad campará a sus anchas. La perplejidad, la inocencia y la incertidumbre recorren los comentarios de estos campesinos resentidos con un pasado en el que estuvieron condenados a la esclavitud, absortos ante la inminente llegada de un nuevo mundo que desconocían. No se aprecia en ellos, sin embargo, atisbo de miedo alguno a lo desconocido, sino que más bien se respira en sus palabras resignación y tranquila espera, seguramente porque la Revolución no fue para ellos peor que su vida prerrevolucionaria, llena de hambre, miseria y humillaciones.
Svetlana Alexiévich, escritora bielorrusa y Premio Nobel de Literatura 2015, reconoce a Sofia Fedórchenko como su máxima inspiración, y es que ambas escritoras, a pesar de la distancia en el tiempo, encuentran en la literatura el lugar común de la historia de sus respectivos países. Sin ellas, reproductoras ambas de «testimonios», «voces», «vidas particulares», no podríamos entender los sufrimientos y los retos a que se enfrentaron sendos pueblos a lo largo del trágico siglo XX.