Este es un libro de viajes y recuerdos, aderezado con algunas reflexiones personales sobre temas varios, en el que el autor describe las impresiones que en él va dejando el recorrido por una de las más antiguas rutas de la península ibérica. A ello se unen múltiples reminiscencias de variado tipo, algunas vivencias y no pocos pensamientos, que acuden a la mente del escritor traídos por las vicisitudes del viaje, por la peculiaridad del paisaje o por las mil diversas circunstancias que suelen acompañar a los viajes en automóvil.
Podría llamarse –como dice el subtítulo– un ensayo que tiene por tema central un antiguo camino, transitado ininterrumpidamente desde que el hombre está sobre la península ibérica, de lo que ya hace muchos siglos y aun milenios.
La entrada en la historia –como tantas veces ocurre en Europa– se hace de la mano de la civilización romana, que no sólo describe el trayecto, sino que construye una calzada que dio servicio hasta el siglo XIX y que aún perdura en algunos lugares. En dicha calzada, que unía Mérida con Astorga, había y hay notables obras de ingeniería, como puentes y embalses, algunos aún en servicio.
Con la expulsión de los árabes del sur de España, el camino comenzó a servir para que los cristianos que estaban en esa zona, los mozárabes ya liberados, pudieran peregrinar a Santiago de Compostela, con lo que el viejo camino empieza a conocerse también como “Vía de la Plata”, “Camino del Sur” o “Vía mozárabe” a Santiago.
Recientemente –aunque con alguna modificación sobre el trayecto primitivo– se ha construido una autovía que enlaza Gijón con Sevilla y sigue y prolonga la antigua calzada romana.
En las páginas que siguen, no sólo hay descripciones de lugares, villas y monumentos, sino consideraciones diversas que se refieren a extremos tan diferentes como la poesía, la gastronomía, la etimología o la historia de las regiones que atraviesa esta ruta. Ello hace que el relato se aproxime quizá más a un ensayo literario sobre un peculiar camino, que a un tradicional libro de viajes turísticos o culturales.
Podría llamarse –como dice el subtítulo– un ensayo que tiene por tema central un antiguo camino, transitado ininterrumpidamente desde que el hombre está sobre la península ibérica, de lo que ya hace muchos siglos y aun milenios.
La entrada en la historia –como tantas veces ocurre en Europa– se hace de la mano de la civilización romana, que no sólo describe el trayecto, sino que construye una calzada que dio servicio hasta el siglo XIX y que aún perdura en algunos lugares. En dicha calzada, que unía Mérida con Astorga, había y hay notables obras de ingeniería, como puentes y embalses, algunos aún en servicio.
Con la expulsión de los árabes del sur de España, el camino comenzó a servir para que los cristianos que estaban en esa zona, los mozárabes ya liberados, pudieran peregrinar a Santiago de Compostela, con lo que el viejo camino empieza a conocerse también como “Vía de la Plata”, “Camino del Sur” o “Vía mozárabe” a Santiago.
Recientemente –aunque con alguna modificación sobre el trayecto primitivo– se ha construido una autovía que enlaza Gijón con Sevilla y sigue y prolonga la antigua calzada romana.
En las páginas que siguen, no sólo hay descripciones de lugares, villas y monumentos, sino consideraciones diversas que se refieren a extremos tan diferentes como la poesía, la gastronomía, la etimología o la historia de las regiones que atraviesa esta ruta. Ello hace que el relato se aproxime quizá más a un ensayo literario sobre un peculiar camino, que a un tradicional libro de viajes turísticos o culturales.