Hernán Cortés ha destruido Tenochtitlán pero no ha podido aniquilar la fe de un pueblo. Y Ameyali, antigua sacerdotisa de Xochiquetzal, la flor hermosa, no está dispuesta a darse por vencida, incluso cuando sus dioses parecen haber sido derrotados por el invasor y las luchas de poder entre los castellanos la separan de su hijo.
Mientras, en Barcelona, la vida de Martí Alzina da un vuelco. Obligado a alistarse en el ejército, el joven averigua que en verdad es un conde, hijo de un barón que pisó Tenochtitlán cuando a los hombres blancos se les creía enviados de Quetzalcóatl. Cuando el amor surge entre el noble catalán y Ameyali, ella se verá enfrentada a una dolorosa decisión. Convertida en líder de su pueblo y sacerdotisa clandestina de todos los dioses, pronto descubre que la batalla, ahora, se desarrolla en su interior.
La sacerdotisa de la luna es una novela sobre los vencedores y los vencidos, las fronteras del amor y el nacimiento de una nueva sociedad.