Mi nombre es Eva, y mi mayor problema es que soy nueva en la oficina. O eso pensaba. Mi mayor problema es que trabajo para Marcos Vasco, un hombre implacable, serio y formal con una agenda mas apretada que su traje sobre los músculos. Y sin embargo, en su agenda sólo veo trabajo y más trabajo. No sale con amigos, no queda con mujeres, no ve a su familia. Nada.
Y aún así, me invitó a cenar. Supuestamente para poder coger confianza conmigo y que ambos nos sintamos más cómodos en el trabajo. Lógicamente, eso me hizo sentir muy nerviosa. Hasta el momento, todas mis relaciones con hombres habían fracasado. Desde “chicos malos” hasta hombres que, a la hora de la verdad, parecen necesitar amor más que yo. Un desastre. Pero Marcos no se parece, en absoluto, a ningún hombre que haya visto antes.
Disciplinado. Enérgico. Dominante. Quizás salir a cenar con él sea un error, tanto en lo profesional como en lo personal, pero me lo ha pedido él. ¿Qué tengo que perder?
Advertencia: Estas frente a una novela romántica con dosis de sexo explícito entre una secretaria y su jefe millonario, en la cual las emociones pueden estar recubiertas de hielo pendiente de derretirse.
Y aún así, me invitó a cenar. Supuestamente para poder coger confianza conmigo y que ambos nos sintamos más cómodos en el trabajo. Lógicamente, eso me hizo sentir muy nerviosa. Hasta el momento, todas mis relaciones con hombres habían fracasado. Desde “chicos malos” hasta hombres que, a la hora de la verdad, parecen necesitar amor más que yo. Un desastre. Pero Marcos no se parece, en absoluto, a ningún hombre que haya visto antes.
Disciplinado. Enérgico. Dominante. Quizás salir a cenar con él sea un error, tanto en lo profesional como en lo personal, pero me lo ha pedido él. ¿Qué tengo que perder?
Advertencia: Estas frente a una novela romántica con dosis de sexo explícito entre una secretaria y su jefe millonario, en la cual las emociones pueden estar recubiertas de hielo pendiente de derretirse.