Con devastadora humillación, Melissa Logan presenció con un horror mudo como su marido la vendía para pagar una deuda. Ella ya se había dado cuenta que casarse con Coy Logan para escapar de su miserable vida con un padre borracho y dos hermanos perezosos había sido un terrible error. Coy la arrastró a Dawson City para unirse a la fiebre del oro de Yukon. Ahora, peor que nunca, estaba sin un centavo, con un bebé y "pertenecía" a Dylan Harper, un hombre que era conocido por tener un corazón de piedra y un cuchillo de carnicero bajo el mostrador de su tienda que manejaba sin dudarlo. Melissa nunca se había sentido tan desesperada en toda su vida.
Dylan Harper quería sus 1.200 dólares, no una mujer. Pero temiendo que si no aceptaba la oferta de Logan, otra persona lo haría, Dylan no podía soportar la idea de que esa mujer con rostro magullado, sufriese un destino aún peor. Para él, ese matrimonio, realizado en un bar con un oficiante abogado moribundo de Louisiana, no fue más que un acuerdo de negocios. Melissa iba a cocinar y limpiar para él, pero no compartirían cama. Pero jamás pensó que esa gentil mujer fuese a agarrar su corazón con tanta fuerza. Sin embargo, con todo el dolor existente entre ambos, alguno de los dos quizás estaría dispuesto a dar los primeros pasos para confiar otra vez, para tocar, para enamorarse—
Dylan Harper quería sus 1.200 dólares, no una mujer. Pero temiendo que si no aceptaba la oferta de Logan, otra persona lo haría, Dylan no podía soportar la idea de que esa mujer con rostro magullado, sufriese un destino aún peor. Para él, ese matrimonio, realizado en un bar con un oficiante abogado moribundo de Louisiana, no fue más que un acuerdo de negocios. Melissa iba a cocinar y limpiar para él, pero no compartirían cama. Pero jamás pensó que esa gentil mujer fuese a agarrar su corazón con tanta fuerza. Sin embargo, con todo el dolor existente entre ambos, alguno de los dos quizás estaría dispuesto a dar los primeros pasos para confiar otra vez, para tocar, para enamorarse—