Novela de viajeros más que de viajes, y de soledades.
Tres parejas recorren la Ruta de la Seda en época actual, aunque en el texto no se precisan fechas. Forman un grupo “surrealista”, según el guionista, que añaden dificultades al recorrido ya de por sí exigente.
Estambul, Buhara, Babilonia, Samarkanda, Kashgar, el Takla Makan, el desierto salado del Khevir, Antioquía, Bagdag, Van. Naciones recién nacidas dando cobijo a pueblos milenarios. Montañas, ríos, desiertos, karavansarais, budistas, musulmanes, cristianos. Todo va pasando bajo las miradas asombradas de los viajeros.
Y la soledad del protagonista, estudioso de la Historia que soñaba con La Ruta desde su adolescencia. Y las difíciles interacciones en el seno de un grupo imposible que nunca debió, siquiera, empezar el viaje.
Metáfora de la ruta de la vida, de la búsqueda de uno mismo, de las imposibilidades frecuentes para una comunicación satisfactoria. El aislamiento en soledad o entre muchedumbres.
De estos asuntos trata “La soledad del viajero”.
Tres parejas recorren la Ruta de la Seda en época actual, aunque en el texto no se precisan fechas. Forman un grupo “surrealista”, según el guionista, que añaden dificultades al recorrido ya de por sí exigente.
Estambul, Buhara, Babilonia, Samarkanda, Kashgar, el Takla Makan, el desierto salado del Khevir, Antioquía, Bagdag, Van. Naciones recién nacidas dando cobijo a pueblos milenarios. Montañas, ríos, desiertos, karavansarais, budistas, musulmanes, cristianos. Todo va pasando bajo las miradas asombradas de los viajeros.
Y la soledad del protagonista, estudioso de la Historia que soñaba con La Ruta desde su adolescencia. Y las difíciles interacciones en el seno de un grupo imposible que nunca debió, siquiera, empezar el viaje.
Metáfora de la ruta de la vida, de la búsqueda de uno mismo, de las imposibilidades frecuentes para una comunicación satisfactoria. El aislamiento en soledad o entre muchedumbres.
De estos asuntos trata “La soledad del viajero”.
