Por segunda vez, Fahr y Rowen dejan atrás la ciudad de Céfiro, junto a Galvatia, Zarot… y una imprevista compañía. Diana Lacrista, defraudada con su hermano y en mitad de una promesa de matrimonio, aceptará a regañadientes acompañarles hasta la fría región de Albero, donde pretenden encontrar la forma de llevar a Galvatia de vuelta a su hogar. Cuando la noticia del insólito asesinato del hijo del Emperador se extiende, los planes cambian, las fronteras se cierran y las fuerzas se movilizan. Sin embargo, bajo el estruendo de la tragedia, lo que asoma es un crimen tejido de cabos sueltos y unos cuantos misterios de más.
Negándose a creer en la profecía de que la guerra es inminente, Rowen decide que ha llegado el momento de intervenir. Pronto descubrirán que no es el único Lector actuando lejos de la capital.
Negándose a creer en la profecía de que la guerra es inminente, Rowen decide que ha llegado el momento de intervenir. Pronto descubrirán que no es el único Lector actuando lejos de la capital.