“LA TIENDA DE ANTIGÜEDADES", es la cuarta novela publicada por Dickens, y una de las únicas dos (la otra es "Barnaby Rudge", publicada en 1841) que publicara por entregas en su propio semanario “Master Humprey's Clock”. Las entregas semanales se editaron entre 1840 y 1841 y, en este último año, finalmente, se fue impresa en formato de libro.
Cabe señalar que el título original de esta obra “The Old Curiosity Shop”, presenta ciertas dificultades para su traducción, a tal punto que ha sido publicada en castellano con varios títulos diferentes, como “Almacén de antigüedades” o “Pequeño gabinete de antigüedades”, entre otros. La traducción literal sería “La tienda de antiguas curiosidades” o “El taller de antiguas curiosidades”, pero debido a que nadie reconocería a esta obra bajo dichos títulos, hemos optado por atenernos el más ampliamente difundido.
Se trata de uno de los trabajos del autor menos conocidos entre los hispanoparlantes, junto con “Nicholas Nickleby”, aunque fuera una de las que más éxito le proporcionaron.
Tras la tragicómica historia de la angelical Nell y su abuelo desquiciado subyace una profunda crítica social a partir de la exposición de la pobreza e injusticia imperantes en el lugar y época en que se desarrolla el relato: El hacinamiento y la deshumanización de las ciudades, la corrupción del sistema judicial y la contaminación derivada de la era industrial, resultan temas centrales de la obra.
Como referencia del gran impacto que tuvo esta obra entre sus lectores, bastará con citar las reseñas periodísticas que cuentan sobre los grandes tumultos que se presentaban en los muelles de New York, Estados Unidos, sólo con el fin de pedir noticias a los marineros que regresaban de Inglaterra sobre la continuación y el final de esta novela. Incluso, tras la publicación del libro, en algunas de cuyas ediciones se incluía un mapa con el presunto recorrido de Nell y su abuelo, norteamericanos exaltados hicieron peregrinaciones a la supuesta tumba de la pequeña, en Tong, Shropshire (Inglaterra) y una tienda de curiosidades, próxima al emplazamiento descrito por Dickens, fue rebautizada con el nombre de “The Old Curiosity Shop” debido a la popularidad de esta obra y, todavía hoy, mantiene abiertas sus puertas.
A pesar de la excepcionalmente buena acogida por parte de los lectores, la comunidad literaria la criticó duramente, en particular por ser excesivamente sentimental, señalando como “penoso” el capítulo final. Sin embargo, el escritor Oscar Wilde dijo al respecto:
“Uno tendría que tener el corazón de piedra para leer la muerte de la pequeña Nell sin echarse llorar... de la risa”.
Cabe señalar que el título original de esta obra “The Old Curiosity Shop”, presenta ciertas dificultades para su traducción, a tal punto que ha sido publicada en castellano con varios títulos diferentes, como “Almacén de antigüedades” o “Pequeño gabinete de antigüedades”, entre otros. La traducción literal sería “La tienda de antiguas curiosidades” o “El taller de antiguas curiosidades”, pero debido a que nadie reconocería a esta obra bajo dichos títulos, hemos optado por atenernos el más ampliamente difundido.
Se trata de uno de los trabajos del autor menos conocidos entre los hispanoparlantes, junto con “Nicholas Nickleby”, aunque fuera una de las que más éxito le proporcionaron.
Tras la tragicómica historia de la angelical Nell y su abuelo desquiciado subyace una profunda crítica social a partir de la exposición de la pobreza e injusticia imperantes en el lugar y época en que se desarrolla el relato: El hacinamiento y la deshumanización de las ciudades, la corrupción del sistema judicial y la contaminación derivada de la era industrial, resultan temas centrales de la obra.
Como referencia del gran impacto que tuvo esta obra entre sus lectores, bastará con citar las reseñas periodísticas que cuentan sobre los grandes tumultos que se presentaban en los muelles de New York, Estados Unidos, sólo con el fin de pedir noticias a los marineros que regresaban de Inglaterra sobre la continuación y el final de esta novela. Incluso, tras la publicación del libro, en algunas de cuyas ediciones se incluía un mapa con el presunto recorrido de Nell y su abuelo, norteamericanos exaltados hicieron peregrinaciones a la supuesta tumba de la pequeña, en Tong, Shropshire (Inglaterra) y una tienda de curiosidades, próxima al emplazamiento descrito por Dickens, fue rebautizada con el nombre de “The Old Curiosity Shop” debido a la popularidad de esta obra y, todavía hoy, mantiene abiertas sus puertas.
A pesar de la excepcionalmente buena acogida por parte de los lectores, la comunidad literaria la criticó duramente, en particular por ser excesivamente sentimental, señalando como “penoso” el capítulo final. Sin embargo, el escritor Oscar Wilde dijo al respecto:
“Uno tendría que tener el corazón de piedra para leer la muerte de la pequeña Nell sin echarse llorar... de la risa”.