La historia de Lázaro constituye una crónica de un proceso educativo pervertido, el cual pone de manifiesto una sociedad en la que prevalecen las apariencias, lo que se halla a un paso de la disolución del concepto de la honra, muy por encima de una auténtica moral. De la consideración de este aspecto surge el mensaje de un pesimismo totalizador.
En tal sentido, la frase final de la obra posee un notable poder esclarecedor, reforzado una vez más mediante el procedimiento del paralelismo de contrarios o simetría inversa. La omnipresente y todopoderosa sociedad estamental, alienante y burocratizada, se alza en toda su colosal dimensión ante el individuo empequeñecido e insignificante. “Esto fue el mesmo año que nuestro victorioso Emperador en esta insigne ciudad de Toledo entró, y tuvo en ella Cortes, y se hicieron grandes regocijos, como Vuestra Merced habrá oído”. La apoteosis del Estado Cesáreo coincide con el último peldaño franqueado por el protagonista en su progresivo descenso al infierno de su degradación personal: “Pues en este tiempo estaba en mi prosperidad y en la cumbre de toda buena fortuna”.
Por cuanto se refiere al sentido religioso, cabe notar que, de los nueve amos por los que transita Lázaro, cinco pertenecen al estamento religioso, reuniendo los cinco la peculiaridad de alejarse considerablemente de la auténtica espiritualidad que predican.
En tal sentido, la frase final de la obra posee un notable poder esclarecedor, reforzado una vez más mediante el procedimiento del paralelismo de contrarios o simetría inversa. La omnipresente y todopoderosa sociedad estamental, alienante y burocratizada, se alza en toda su colosal dimensión ante el individuo empequeñecido e insignificante. “Esto fue el mesmo año que nuestro victorioso Emperador en esta insigne ciudad de Toledo entró, y tuvo en ella Cortes, y se hicieron grandes regocijos, como Vuestra Merced habrá oído”. La apoteosis del Estado Cesáreo coincide con el último peldaño franqueado por el protagonista en su progresivo descenso al infierno de su degradación personal: “Pues en este tiempo estaba en mi prosperidad y en la cumbre de toda buena fortuna”.
Por cuanto se refiere al sentido religioso, cabe notar que, de los nueve amos por los que transita Lázaro, cinco pertenecen al estamento religioso, reuniendo los cinco la peculiaridad de alejarse considerablemente de la auténtica espiritualidad que predican.