Nunca llegas a ser tan subyugado por alguien sino cuando te domina a través de tu propia mente para destruirte psicológica, moral y físicamente.
Después de comprenderlo, a partir del casual momento en que escuchó a Lina hablar dormida, como lo hacemos casi todos, Soledad hará cualquier cosa para conquistar la mente de su hermana.
Conseguido el acceso, ya nada le será imposible: escudriñar en su intimidad, torcer sus convicciones, hacerla actuar como una depravada —un modo de ser tan opuesto a su angelical naturaleza— y, finalmente, quien sabe, incluso empujarla al suicidio.
El odio que le tenía alcanzaba para todo ello.
Después de comprenderlo, a partir del casual momento en que escuchó a Lina hablar dormida, como lo hacemos casi todos, Soledad hará cualquier cosa para conquistar la mente de su hermana.
Conseguido el acceso, ya nada le será imposible: escudriñar en su intimidad, torcer sus convicciones, hacerla actuar como una depravada —un modo de ser tan opuesto a su angelical naturaleza— y, finalmente, quien sabe, incluso empujarla al suicidio.
El odio que le tenía alcanzaba para todo ello.