La humanidad es un espacio incierto. Los hombres nos perdemos en su complejo entramado, vemos borroso, gritamos en silencio, desgarramos nuestras almas, torturamos nuestro espíritu y alcanzamos la felicidad.
En el laberinto interior se esconden sentimientos, sentidos y sonrisas truncas. El autor, como un bufón, se enreda en idas y vueltas, en sonrisas y llantos, en saltos y acrobacias y escarba para buscar respuestas en lo más profundo del ser.
Muchas preguntas sin respuestas.
Cuentos cortos desnudan la esencia del hombre. Bestia o ángel. Nada es seguro.
“Viajero, arrastra tu cuerpo a los esquivos pasadisos. Abre tus ojos para ver más allá de la realidad de espejos rotos.”
En el laberinto interior se esconden sentimientos, sentidos y sonrisas truncas. El autor, como un bufón, se enreda en idas y vueltas, en sonrisas y llantos, en saltos y acrobacias y escarba para buscar respuestas en lo más profundo del ser.
Muchas preguntas sin respuestas.
Cuentos cortos desnudan la esencia del hombre. Bestia o ángel. Nada es seguro.
“Viajero, arrastra tu cuerpo a los esquivos pasadisos. Abre tus ojos para ver más allá de la realidad de espejos rotos.”