A veces, ver a una mujer llorando es todo lo que necesita un hombre para que su vida dé un vuelco...
En Segovia, Bernardo Olmedo lleva desde hace años una óptica. Su vida se rige por una tranquila rutina tan solo aderezada por el desparpajo de Tatiana, su ayudante. Un día, tras prescribirle unas gafas, una mujer rompe a llorar en su consulta.
Desde ese momento Bernardo buscará incansablemente la razón de las lágrimas de la mujer, y al hacerlo descubrirá el pozo de serena tristeza que guardaba en su interior sin apenas imaginarlo.