El laicismo y una nueva religiosidad son dos realidades palpables en nuestra sociedad que en este libro se presentan de forma interrelacionada como si fueran el anverso y reverso de una misma moneda.
El laicismo se trata desde tres planos: el conceptual, desde el que se busca fijar su significado y sentido para descubrir la realidad que se esconde detrás de él y poder hacer así un análisis crítico de la misma; el histórico, que nos permite conocer los orígenes y el desarrollo del proceso secularizador que va desde el antropocentrismo renacentista, hasta el indiferentismo postmodernista, pasando por el deísmo ilustrado y el ateísmo de la modernidad; y el social, abordando la presencia del laicismo en todas las manifestaciones de la vida pública.
En interferencia con el laicismo, y como contrapunto a la crisis en la que estamos sumidos, va apareciendo una nueva religiosidad a través de un pluralismo de sectas y movimientos con aspiraciones utópicas de convertirse en una religión universal planetaria por encima incluso de las tres grandes religiones tradicionales.
El autor nos invita a contemplar este futuro religioso incierto desde la esperanza regeneradora de un cristianismo renovado que aspira a ser el interlocutor válido con el laicismo, el resto de las religiones y con la cultura en el sentido más amplio. Desde la esperanza también de una Nueva Evangelización que apuesta por la apertura, la tolerancia y el diálogo para que, sin imposiciones y sin impaciencias, se vaya abriendo paso la verdad poco a poco.
El laicismo se trata desde tres planos: el conceptual, desde el que se busca fijar su significado y sentido para descubrir la realidad que se esconde detrás de él y poder hacer así un análisis crítico de la misma; el histórico, que nos permite conocer los orígenes y el desarrollo del proceso secularizador que va desde el antropocentrismo renacentista, hasta el indiferentismo postmodernista, pasando por el deísmo ilustrado y el ateísmo de la modernidad; y el social, abordando la presencia del laicismo en todas las manifestaciones de la vida pública.
En interferencia con el laicismo, y como contrapunto a la crisis en la que estamos sumidos, va apareciendo una nueva religiosidad a través de un pluralismo de sectas y movimientos con aspiraciones utópicas de convertirse en una religión universal planetaria por encima incluso de las tres grandes religiones tradicionales.
El autor nos invita a contemplar este futuro religioso incierto desde la esperanza regeneradora de un cristianismo renovado que aspira a ser el interlocutor válido con el laicismo, el resto de las religiones y con la cultura en el sentido más amplio. Desde la esperanza también de una Nueva Evangelización que apuesta por la apertura, la tolerancia y el diálogo para que, sin imposiciones y sin impaciencias, se vaya abriendo paso la verdad poco a poco.