Bernardo Barranco demuestra el serio impacto de la reforma constitucional sobre la libertad religiosa en el carácter laico del Estado mexicano, y los intereses de la jerarquía católica en el país que la promueven.
Prólogo de Roberto Blancarte
- Señor gobernador, ¿podría darnos su definición de Estado laico?
- Eh# perdón, Jacobo, ¿me repite la pregunta?
- ¿Qué es para usted Estado laico?
- Eh, bueno, yo vengo preparado para conversar en torno a mi sexto informe de gobierno, que acabo de presentar. Pero# eh# El Estado laico, eh# tiene que ver con la separación entre la Iglesia y el Estado. Eh#
Era una tarde de septiembre de 2011. De manera inesperada comenzaba así una entrevista de Jacobo Zabludovsky a Peña Nieto, quien mostraba, con sorpresa fingida, una débil formación conceptual. Paradójicamente, el entonces aspirante presidencial estaba a unas semanas de pactar un compromiso con la jerarquía católica para modificar el artículo 24 constitucional sobre la libertad religiosa.
Como lo demuestra este libro, se trataba de una reforma que tendría un serio impacto en el carácter laico del Estado mexicano. Dicha enmienda en la Carta Magna permite que un padre de familia exija que su hijo sea instruido de acuerdo con valores del culto que profesa; o que un sacerdote pida que entre los contenidos de la enseñanza los niños conozcan la historia del cristianismo. En principio, todas las iglesias gozan ahora de este derecho, pero la única con la infraestructura para hacerlo valer, advierte el autor, es la católica.
A lo largo de estas páginas, Bernardo Barranco ofrece una crónica pormenorizada sobre el tortuoso camino que condujo a proponer dicha reforma, el papel de los actores involucrados -como la Iglesia la Luz del Mundo o el Foro Cívico México Laico-, y el contexto histórico y político que permite entender el significado profundo de lo que está en juego: nuestras libertades.
Prólogo de Roberto Blancarte
- Señor gobernador, ¿podría darnos su definición de Estado laico?
- Eh# perdón, Jacobo, ¿me repite la pregunta?
- ¿Qué es para usted Estado laico?
- Eh, bueno, yo vengo preparado para conversar en torno a mi sexto informe de gobierno, que acabo de presentar. Pero# eh# El Estado laico, eh# tiene que ver con la separación entre la Iglesia y el Estado. Eh#
Era una tarde de septiembre de 2011. De manera inesperada comenzaba así una entrevista de Jacobo Zabludovsky a Peña Nieto, quien mostraba, con sorpresa fingida, una débil formación conceptual. Paradójicamente, el entonces aspirante presidencial estaba a unas semanas de pactar un compromiso con la jerarquía católica para modificar el artículo 24 constitucional sobre la libertad religiosa.
Como lo demuestra este libro, se trataba de una reforma que tendría un serio impacto en el carácter laico del Estado mexicano. Dicha enmienda en la Carta Magna permite que un padre de familia exija que su hijo sea instruido de acuerdo con valores del culto que profesa; o que un sacerdote pida que entre los contenidos de la enseñanza los niños conozcan la historia del cristianismo. En principio, todas las iglesias gozan ahora de este derecho, pero la única con la infraestructura para hacerlo valer, advierte el autor, es la católica.
A lo largo de estas páginas, Bernardo Barranco ofrece una crónica pormenorizada sobre el tortuoso camino que condujo a proponer dicha reforma, el papel de los actores involucrados -como la Iglesia la Luz del Mundo o el Foro Cívico México Laico-, y el contexto histórico y político que permite entender el significado profundo de lo que está en juego: nuestras libertades.