LO MEJOR PARA ENTENDER EL LIBRO ES LEER EL PRINCIPIO: "Tal vez ustedes no lo sepan, pero todas somos pornolectoras. Todas las lectoras lo somos, sin excepción, incluidas las solteronas y las monjas. Cuando una niña de cualquier lugar del mundo tiene en las manos su primer libro, se convierte de inmediato en pornolectora, lo quiera o no. Probablemente lo ignorará toda la vida; sin embargo, nadie le devolverá la inocencia. A través del libro, caerá dentro de una historia mucho mayor que ella, relacionada con el arte y la cultura. Y también con la sexualidad. Y con la economía y el comercio.Lectoras y libros no nacieron juntos. De hecho, durante siglos vivieron muy tranquilos evitándose. Digamos que no estaban hechos el uno para el otro. Se trata de un pequeño detalle muy significativo, pues indica que las mujeres entraron en juego cuando las reglas ya se habían establecido. Unas reglas que no contaban con las mujeres como jugadoras, que las excluían por completo del reglamento. La relación entre libros y mujeres surgió de forma tardía, en el marco de una estructura de recepción preconcebida donde se las recibió con hostilidad. Por eso siempre ha sido una relación, como mínimo, complicada. Y enormemente ambigua.El presente libro es una carrera a galope tendido dentro de los límites de esa ambigüedad. Y también un breve manual de autoconciencia, como se decía hace cuarenta años. De intolerancia hacia la figura edificante y meliflua de la mujer lectora, a partir de la cual hemos construido un relato heroico de emancipación, en el que creemos por comodidad, sin pensar en la estela de oscuridad que deja tras de sí. En este sentido, es un manual de autoconciencia en toda regla, cuyo objeto es averiguar cómo y cuándo entramos en el túnel de la pornolectura disfrazadas de niñas puras, que se dirigen alegremente a la escuela con los libros al hombro. Y por qué resulta tan difícil el solo hecho de plantearse salir de ahí."
Este sitio es seguro
Usted está en un sitio seguro, habilitado para SSL. Todas nuestras fuentes son constantemente verificadas.