"Las circunstancias obligaban" intenta fundamentar las tesis de que las relaciones homoeróticas han sido perseguidas en periodos de convulsión y, paralelamente, de que el siglo XX ha contemplado la existencia de dos generaciones de identidades homosexuales. Los representantes de la primera (maricas, bolleras) estaban marcados por el estigma de la inversión y pertenecían a la clase trabajadora, por lo que contaban con escasas herramientas de resistencia. La segunda generación, que surge a partir de los años sesenta en Estados Unidos —unos años más tarde en Europa— dio lugar a gays, lesbianas y transexuales. Las últimas identidades aparecieron dentro de una clase media en expansión, con los estudios de nivel medio/superior (e ingresos saneados) que la caracterizan.
Así, maricas y bolleras eran víctimas fáciles de una represión organizada por las autoridades con el fin de eliminar las relaciones entre personas del mismo sexo (o, en su defecto, reducirlas), pero lesbianas y gays cuentan con armas de resistencia. El libro documenta el sustrato social y material donde nacieron estas formas de homoerotismo, analiza las razones por las que fueron perseguidas y las fuerzas que las impulsan. Para ello, Las circunstancias obligaban se centra en la historia de dos países, Estados Unidos y España; el primero, como nación donde se fraguaron muchas de estas transformaciones, mientras el segundo es un ejemplo de acelerada modernización.