«Los agricultores fueron los primeros moralistas. Cuando no siembran, no esperan ninguna cosecha, y si plantan lechugas, saben que no cosecharán zanahorias. Entonces ¿por qué un hombre que siembra el odio y la discordia, esperaría cosechar amor y paz? Para construir un palacio de mármol, no se utilizan ladrillos. Para tener un cuerpo sano, no se toman alimentos en descomposición. Por tanto, ¿cómo tener una mente sólida, resistente, una inteligencia clara y un corazón generoso, si continuamente albergamos pensamientos y sentimientos desordenados, envenenados por la codicia y el rencor? Hay que seleccionar los pensamientos y los sentimientos tal como se hace con la nutrición o la construcción de una casa… Las leyes que rigen nuestro psiquismo son las mismas que las descubiertas en otros ámbitos de la naturaleza y de la técnica. La moral no ha sido inventada por los hombres ni por las sociedades, la moral está inscrita en toda la naturaleza, es la prolongación de las leyes naturales en nuestro psiquismo.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Omraam Mikhaël Aïvanhov