Rétif de la Bretonne acometió una ambiciosa labor anónima, oscura, pero de un interés extraordinario: la de ser, como él se definía, el "espectador nocturno" o el "buho de París". Fruto de un noctambulismo que tiene su inicio en 1767, edita sus crónicas poco antes del comienzo de la Revolución bajo el título de Las noches de París. Pero son los volúmenes añadidos a propósito de la misma, Las noches revolucionarias, auténtica crónica de la Revolución que abarca los sucesos acaecidos desde la primavera de 1789, momento de las primeras agitaciones, hasta finales de 1792, en pleno periodo del terror, los que convierten al autor en un narrador imprescindible y en un precursor del periodismo en un tiempo que cambió la historia de Francia, de Europa y del mundo.
Las noches revolucionarias es un libro terrible y extrañamente bello, y su testimonio, aunque ceñido a una época concreta, es sin embargo universal: transmite cómo, en periodos de cambios profundos, sucede el regreso de la vida más instintiva (orgías, asesinatos, torturas, saqueos, venganzas, violaciones...), pero también el ansia de los hombres de restaurar la civilización perdida.
"En sus mejores momentos parece estar inventando el periodismo moderno" - El País
"Su estilo precede al del periodismo moderno." - ABC
"Las páginas de este libro dan una urgente sensación de inmediatez, y llevan al lector hasta el mismo lugar de los hechos, lo que viene a demostrar cuán viejo es el considerado nuevo periodismo" - El Periódico
Las noches revolucionarias es un libro terrible y extrañamente bello, y su testimonio, aunque ceñido a una época concreta, es sin embargo universal: transmite cómo, en periodos de cambios profundos, sucede el regreso de la vida más instintiva (orgías, asesinatos, torturas, saqueos, venganzas, violaciones...), pero también el ansia de los hombres de restaurar la civilización perdida.
"En sus mejores momentos parece estar inventando el periodismo moderno" - El País
"Su estilo precede al del periodismo moderno." - ABC
"Las páginas de este libro dan una urgente sensación de inmediatez, y llevan al lector hasta el mismo lugar de los hechos, lo que viene a demostrar cuán viejo es el considerado nuevo periodismo" - El Periódico