En 1118, en Jerusalén, un pequeño grupo de nueve monjes de la recién creada Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, conocidos más adelante como ¿templarios¿, al frente del cual está el fundador, Hugo de Payens, hacen un descubrimiento inquietante en el interior del monte del Templo: nueve sarcófagos y nueve llaves que pueden abrir un artefacto de incalculable poder, poder que ha de quedar sometido para siempre, sin que nadie pueda liberar su fuerza. A ello se comprometen los nueve caballeros.
En 1945, en Berlín, un grupo escogido de ocho hombres de varios ejércitos aliados se internan en la capital del Tercer Reich, ya devastada por los bombardeos, con el objetivo de recuperar el valioso artefacto templario, llevado allí por algunos nazis desde Montecasino, monasterio en el que se custodiaba el mismo. Uno de esos nazis, Henri Theodore von Tschoudy, es el noveno miembro de la fraternidad heredera de los nueve templarios originales y traidor a la misma.
Ya en 2012, el anticuario Lorenzo Aragona lleva una vida aparentemente tranquila en Nápoles, hasta que una misteriosa joven rusa, de madre ucraniana, (Anna Nikitovna Glyz) aparece de forma un tanto extraña, simulando un pequeño accidente de tráfico, y le demuestra que está viviendo engañado, drogado sistemáticamente; todo su mundo aparente es ficticio: su mujer, su compañero de trabajo, su casa... De hecho, cada día es repetición exacta del anterior.
En 1945, en Berlín, un grupo escogido de ocho hombres de varios ejércitos aliados se internan en la capital del Tercer Reich, ya devastada por los bombardeos, con el objetivo de recuperar el valioso artefacto templario, llevado allí por algunos nazis desde Montecasino, monasterio en el que se custodiaba el mismo. Uno de esos nazis, Henri Theodore von Tschoudy, es el noveno miembro de la fraternidad heredera de los nueve templarios originales y traidor a la misma.
Ya en 2012, el anticuario Lorenzo Aragona lleva una vida aparentemente tranquila en Nápoles, hasta que una misteriosa joven rusa, de madre ucraniana, (Anna Nikitovna Glyz) aparece de forma un tanto extraña, simulando un pequeño accidente de tráfico, y le demuestra que está viviendo engañado, drogado sistemáticamente; todo su mundo aparente es ficticio: su mujer, su compañero de trabajo, su casa... De hecho, cada día es repetición exacta del anterior.