«Las tierras flacas se aproxima, temáticamente, a la anécdota que Yáñez cuenta en Al filo del agua: la vida campesina sustituye a la vida municipal; la magia ocupa el sitio del fanatismo; la frustración vital de los personajes es del mismo tamaño. Históricamente la Revolución ha derrotado al porfirismo…
»Como en casi todas sus obras, la atmósfera realza la anécdota y permite a las criaturas desarrollarse íntegramente. Yáñez es el novelista de los pueblos de atmósfera enrarecida y de los ranchos que, de tan pequeños, carecen casi por completo de horizonte humano. En Las tierras flacas el autor reencuentra su “campo vital”, entra de nuevo en contacto con las criaturas que ama y comprende.» Emmanuel Carballo