El mayor interés de Julián Mercader es crear un juguete insólito. Inspirado por imágenes clavadas en su mente, logra dar a su deseo la forma de una Violeta, muñeca humana casi en todo cuyo nombre es el mismo de la hija de Julián.
Las Violetas empiezan a fabricarse sobre pedido y los clientes solicitan que se les dote de características que muchos llamarían, por decir lo menos, extravagantes. El éxito convierte al juguetero en blanco de una sociedad secreta, que lo cerca y pone en peligro su vida y su secreto mejor guardado.
Las Violetas empiezan a fabricarse sobre pedido y los clientes solicitan que se les dote de características que muchos llamarían, por decir lo menos, extravagantes. El éxito convierte al juguetero en blanco de una sociedad secreta, que lo cerca y pone en peligro su vida y su secreto mejor guardado.