ESTRUCTURA DE LA NOVELA
El 15 de septiembre de 2008, Lehman Brother se declaró en quiebra ante los juzgados de Nueva York, debido a las pérdidas que las hipotecas fallidas habían producido en su balance.
Los banqueros norteamericanos interpretaron unánimemente que aquel desenlace no respondía a la mala gestión del quebrado, sino que era un aviso de los mercados, cantando a voz en grito que las burbujas financiera, e inmobiliaria, que sus políticas hipotecarias habían estado alimentando durante lustros, habían llegado al punto de saturación.
El giro radical que los banqueros se vieron obligados a imprimir a sus negocios convirtió en descalabro lo que no hubiera tenido por qué pasar de ser un incidente financiero más o menos grave, y en su consecuencia, la economía del mundo occidental se vio sumida repentinamente en una crisis económica cuya gravedad era comparable con la del crack del 29.
Este es el relato objetivo de los hechos contrastados, a partir de los cuales, Leche y bananas hace una recreación del proceso histórico que desembocó en aquella crisis, pero incorporándole contenidos que rellenasen los vacíos que las hemerotecas no lograron completar, y estableciendo una relación causa efecto entre la pérdida del liderazgo económico, y moral, de occidente, y la eclosión del yihadismo islámico.
En sus tramas, personas reales coinciden con seres que nunca existieron, salvo en la imaginación de este autor, y acontecimientos históricamente documentados se alternan con otros que quizás nunca ocurrieron, aunque es altamente probable que estos últimos acontecieran de forma muy parecida a como se describen en esta novela.
SINOPSIS
Traumatizado por la dramática muerte en combate de un compañero de armas, e imbuido por los principios de una extraña doctrina económico-militar, el joven economista Louis Kingsley regresa a Baltimore, se incorpora a la poderosa familia del marine caído, y desarrolla una guerra contra la potente economía japonesa.
Operando desde los paraísos fiscales, Kingsley participa activamente en la creación de la burbuja inmobiliaria que el frenético desarrollo económico generó en los años 90. Mientras tanto, desde lo más profundo de la geografía afgana, virulentas organizaciones islámicas proyectan crear un califato universal, cuyo éxito pondría en peligro el equilibrio geoestratégico occidental.
Leche y bananas es, por tanto, la historia de un hombre solo. La historia de un hombre que resulta clave para entender la geopolítica del siglo XXI, pero cuyo nombre está condenado a no figurar en sus anales, salvo en las páginas de esta novela.
EL AUTOR
Rafael Solís nació en Archidona, Málaga, España, en 1948. Economista, empleado de banca y empresario desde 1983, tuvo su primer contacto con las crisis económicas en 1959, cuando los tecnócratas franquistas, con la pretensión de modernizar y abrir al mundo la economía española, pusieron en marcha el Plan de Estabilización. En aquella etapa, a los once años de edad, sirvió a la empresa familiar firmando una cadena de letras de cambio falsas que serían descontadas en un banco de ámbito nacional, pues esa fue la única fórmula que se encontró para conseguir la financiación necesaria para hacer frente a la modernidad. Desde entonces, convertido en pertinaz observador de los colapsos y requilibrios que cíclicamente han afectado a los mercados, ha considerado las crisis económicas como crisálidas que la sociedad ha tenido que generar para conseguir saltar de un modelo que deviene inviable a otro en el que los mercados deben encontrar un nuevo equilibrio.
En 2010, provocado por la inutilidad culposa de los políticos españoles, se lanzó a sí mismo el reto de escribir "Leche y Bananas", una novela cuyo objetivo fuera compartir con el lector un modelo que le permitiera anticiparse al convulso mundo en el que estamos inmersos. Su agradecimiento, por tanto, a tan nefastos próceres de la patria por inducirlo a entrar en el apasionante mundo de la escritura.
El 15 de septiembre de 2008, Lehman Brother se declaró en quiebra ante los juzgados de Nueva York, debido a las pérdidas que las hipotecas fallidas habían producido en su balance.
Los banqueros norteamericanos interpretaron unánimemente que aquel desenlace no respondía a la mala gestión del quebrado, sino que era un aviso de los mercados, cantando a voz en grito que las burbujas financiera, e inmobiliaria, que sus políticas hipotecarias habían estado alimentando durante lustros, habían llegado al punto de saturación.
El giro radical que los banqueros se vieron obligados a imprimir a sus negocios convirtió en descalabro lo que no hubiera tenido por qué pasar de ser un incidente financiero más o menos grave, y en su consecuencia, la economía del mundo occidental se vio sumida repentinamente en una crisis económica cuya gravedad era comparable con la del crack del 29.
Este es el relato objetivo de los hechos contrastados, a partir de los cuales, Leche y bananas hace una recreación del proceso histórico que desembocó en aquella crisis, pero incorporándole contenidos que rellenasen los vacíos que las hemerotecas no lograron completar, y estableciendo una relación causa efecto entre la pérdida del liderazgo económico, y moral, de occidente, y la eclosión del yihadismo islámico.
En sus tramas, personas reales coinciden con seres que nunca existieron, salvo en la imaginación de este autor, y acontecimientos históricamente documentados se alternan con otros que quizás nunca ocurrieron, aunque es altamente probable que estos últimos acontecieran de forma muy parecida a como se describen en esta novela.
SINOPSIS
Traumatizado por la dramática muerte en combate de un compañero de armas, e imbuido por los principios de una extraña doctrina económico-militar, el joven economista Louis Kingsley regresa a Baltimore, se incorpora a la poderosa familia del marine caído, y desarrolla una guerra contra la potente economía japonesa.
Operando desde los paraísos fiscales, Kingsley participa activamente en la creación de la burbuja inmobiliaria que el frenético desarrollo económico generó en los años 90. Mientras tanto, desde lo más profundo de la geografía afgana, virulentas organizaciones islámicas proyectan crear un califato universal, cuyo éxito pondría en peligro el equilibrio geoestratégico occidental.
Leche y bananas es, por tanto, la historia de un hombre solo. La historia de un hombre que resulta clave para entender la geopolítica del siglo XXI, pero cuyo nombre está condenado a no figurar en sus anales, salvo en las páginas de esta novela.
EL AUTOR
Rafael Solís nació en Archidona, Málaga, España, en 1948. Economista, empleado de banca y empresario desde 1983, tuvo su primer contacto con las crisis económicas en 1959, cuando los tecnócratas franquistas, con la pretensión de modernizar y abrir al mundo la economía española, pusieron en marcha el Plan de Estabilización. En aquella etapa, a los once años de edad, sirvió a la empresa familiar firmando una cadena de letras de cambio falsas que serían descontadas en un banco de ámbito nacional, pues esa fue la única fórmula que se encontró para conseguir la financiación necesaria para hacer frente a la modernidad. Desde entonces, convertido en pertinaz observador de los colapsos y requilibrios que cíclicamente han afectado a los mercados, ha considerado las crisis económicas como crisálidas que la sociedad ha tenido que generar para conseguir saltar de un modelo que deviene inviable a otro en el que los mercados deben encontrar un nuevo equilibrio.
En 2010, provocado por la inutilidad culposa de los políticos españoles, se lanzó a sí mismo el reto de escribir "Leche y Bananas", una novela cuyo objetivo fuera compartir con el lector un modelo que le permitiera anticiparse al convulso mundo en el que estamos inmersos. Su agradecimiento, por tanto, a tan nefastos próceres de la patria por inducirlo a entrar en el apasionante mundo de la escritura.