El encuentro diario con la Palabra a través de la lectio divina tiene pleno sentido en sí mismo y es un medio extraordinario para que cada creyente se disponga a la escucha atenta de la Palabra. Pero, además, la lectura del evangelio de la misa se orienta también a la preparación previa de la celebración de la eucaristía: es en ella donde se dan las condiciones genuinas para una auténtica meditación en clave personal, pastoral y comunitaria.
Este volumen se centra en los días de Tiempo Ordinario desde la Semana XXIII hasta la Semana XXXIV
Este volumen se centra en los días de Tiempo Ordinario desde la Semana XXIII hasta la Semana XXXIV