Un libro fundamental para adentrarse en el conocimiento de Tartessos a través de sus bellos mitos y leyendas.
Tartessos, la primera civilización de Occidente, se debate entre el mito y la historia. Su eco nos llega a través de textos y leyendas clásicas y se perfecciona con el trabajo de los arqueólogos. Todavía hoy, genera un vivo debate entre los historiadores y guarda muchos secretos por descubrir. Leyendas de Tartessos recoge de manera magistral —amena, divulgativa y documentada— sus principales mitos. Se trata de historias maravillosas que todos deberíamos conocer: la Atlántida que nos narró Platón; el fantástico mito de Gárgoris y Habidis; los viajes que Hércules realizara a Tartessos para dos de sus trabajos, el robo de los bueyes de Gerión y de las manzanas de las Hespérides; el periplo del príncipe tartésico Nórax, que fundó la ciudad de Nora en Cerdeña; la sabiduría del rey Argantonio, que buscó el equilibrio entre griegos y fenicios; el misterioso santuario de Cancho Roano, que los propios sacerdotes ordenaran derruir; la profecía a Julio César cuando acudió al santuario de Melkart, en la actual isla de Sancti Petri, para rogar a los dioses que le brindaran la gloria de Alejandro.
Y en el siglo XX comenzó el trabajo de los arqueólogos, deseosos de encontrar y descifrar los misterios de Tartessos y los fenicios, como el sorprendente caso de Pelayo Quintero, que se obstinó en localizar el sarcófago fenicio femenino de Cádiz, o de Schulten, tildado de loco por su búsqueda obsesiva en el Coto de Doñana. El descubrimiento del tesoro más espectacular se produjo en los alrededores de Sevilla, en el Cerro del Carambolo, y daría lugar al nacimiento de su propia leyenda.
Tartessos, la primera civilización de Occidente, se debate entre el mito y la historia. Su eco nos llega a través de textos y leyendas clásicas y se perfecciona con el trabajo de los arqueólogos. Todavía hoy, genera un vivo debate entre los historiadores y guarda muchos secretos por descubrir. Leyendas de Tartessos recoge de manera magistral —amena, divulgativa y documentada— sus principales mitos. Se trata de historias maravillosas que todos deberíamos conocer: la Atlántida que nos narró Platón; el fantástico mito de Gárgoris y Habidis; los viajes que Hércules realizara a Tartessos para dos de sus trabajos, el robo de los bueyes de Gerión y de las manzanas de las Hespérides; el periplo del príncipe tartésico Nórax, que fundó la ciudad de Nora en Cerdeña; la sabiduría del rey Argantonio, que buscó el equilibrio entre griegos y fenicios; el misterioso santuario de Cancho Roano, que los propios sacerdotes ordenaran derruir; la profecía a Julio César cuando acudió al santuario de Melkart, en la actual isla de Sancti Petri, para rogar a los dioses que le brindaran la gloria de Alejandro.
Y en el siglo XX comenzó el trabajo de los arqueólogos, deseosos de encontrar y descifrar los misterios de Tartessos y los fenicios, como el sorprendente caso de Pelayo Quintero, que se obstinó en localizar el sarcófago fenicio femenino de Cádiz, o de Schulten, tildado de loco por su búsqueda obsesiva en el Coto de Doñana. El descubrimiento del tesoro más espectacular se produjo en los alrededores de Sevilla, en el Cerro del Carambolo, y daría lugar al nacimiento de su propia leyenda.