Existen indicios de que esta obra fue traducida del árabe en 1251, por voluntad del todavía infante aunque futuro Alfonso X. Se compone de una colección de fábulas de origen indio, tomadas en su mayor parte del Panchatandra, recopiladas por un médico del rey persa Cosroes (531-570) y traducidas al árabe por un tal Benalmocafa, en el 730. Comparado con el original, el texto castellano presenta omisiones, pero también elementos nuevos. La obra posee un fin moral, manifiesto ya en el prólogo: “mostrar el camino del bien y de la ciencia”, para ello se insiste en una moral más bien práctica que religiosa.
Estructuralmente, el material narrativo se organiza en forma de diálogo en torno a los consejos que un filósofo da a su rey, engarzando de este modo apólogos, los cuales presentan ya personajes humanos, ya animales: un buey, un león y dos chacales llamados «Calila» y «Dimna», que son quienes cuentan un mayor número de cuentos. Estos relatos se hallan insertados muchas veces unos en otros según el procedimiento de las muñecas caucásicas, tal como sucede en Las mil y una noches.
La obra pertenece al género de los “exempla”, repertorio de cuentos cuyo objetivo era el de edificar gráficamente. Dichas colecciones comenzaron a componerse ya en la época clásica, pero se incrementaron durante la Edad Media con objeto de abastecer con historias morales a los predicadores. En ellos se dan tres tipos de estructura: el relato de cuentos cuya finalidad argumental es aplazar una sentencia de muerte (también como en Las mil y una noches), el maestro que emplea este repertorio con objeto de instruir a su discípulo y por último la relación de cuentos destinados a entretener durante un viaje o una espera tediosa. Los dos primeros son genuinos de la tradición oriental, mientras que el tercero aparece más tarde en occidente.
Estructuralmente, el material narrativo se organiza en forma de diálogo en torno a los consejos que un filósofo da a su rey, engarzando de este modo apólogos, los cuales presentan ya personajes humanos, ya animales: un buey, un león y dos chacales llamados «Calila» y «Dimna», que son quienes cuentan un mayor número de cuentos. Estos relatos se hallan insertados muchas veces unos en otros según el procedimiento de las muñecas caucásicas, tal como sucede en Las mil y una noches.
La obra pertenece al género de los “exempla”, repertorio de cuentos cuyo objetivo era el de edificar gráficamente. Dichas colecciones comenzaron a componerse ya en la época clásica, pero se incrementaron durante la Edad Media con objeto de abastecer con historias morales a los predicadores. En ellos se dan tres tipos de estructura: el relato de cuentos cuya finalidad argumental es aplazar una sentencia de muerte (también como en Las mil y una noches), el maestro que emplea este repertorio con objeto de instruir a su discípulo y por último la relación de cuentos destinados a entretener durante un viaje o una espera tediosa. Los dos primeros son genuinos de la tradición oriental, mientras que el tercero aparece más tarde en occidente.