Llevémonos la tierra, pues

Un empleado de una alcaldía se encierra en su despacho para reflexionar con tranquilidad; su objetivo es preparar a conciencia la presentación de su propia candidatura a un cargo político de mayor relevancia. Al mismo tiempo que coordina las ideas, va recordando su vida, su infancia en el barrio, su juventud, sus amigos de entonces, cómo es que se ha abierto paso en un mundo en dónde la superación personal es complicada, cómo ha llegado a ser lo que es, ganado la reputación que tiene, cómo nació su amor por la tierra que pisa. Al mismo tiempo hace los últimos preparativos para iniciar la gran operación que le permitirá cumplir su gran sueño: transformar el mapa de la tierra que adora. Para su ejecución es que en realidad se ha preparado, ensuciado, los últimos años. Y en esa titánica empresa no está solo…
El final, apoteósico, nos dejará con la boca abierta.