Salvador despierta y encuentra que su pueblo, Criandgar, está envuelto en un incendio. Solo quedan ruinas y él parece ser el único sobreviviente.
A cientos de millas de distancia, Gaespar Lamaros, uno de los cuatro reyes, recibe un mensaje que podría cambiar el curso de la historia. Uno de sus embajadores ha sido asesinado, lo que pone en jaque el tratado que ha mantenido la paz entre los cuatro reinos por tantos años.
En una escenografía de montañas, valles y lagos, se avecina una tormenta que puede desatar algo más que una simple disputa entre hombres. En la boca de varios empieza a resonar una profecía sobre la llegada de los hombres bellos, aquellos que hace tanto tiempo dejaron ese mundo. La luna se tiñe de rojo y una palabra se hace notar: patriarca.
Matías Sánchez Sarmiento, en la primera parte de una trilogía, crea un mundo fantástico en donde todo está a punto de derrumbarse. Con un estilo afilado y preciso, y una imaginación desbordante, se convertirá sin duda en uno de los referentes del género.
