Cada decisión de Álex forma parte de un viaje. Lo de menos es Barcelona. Allí, lejos de su Argentina natal y su familia, pasará algunas horas con la chica del gorro verde. Hay algo que le cambiará para siempre. No serán los kilómetros ni los vuelos de altura. Ni siquiera será su presencia. En cierto modo, aquella desconocida podría no ser real, tan sólo el reflejo de su aspiración. Y cuanto más hablen, más grande se hará el viaje, y más difícil la vuelta atrás. «Sólo es cuestión de centímetros», pensará Álex. En el fondo, no ha dado más que un paso: aquel que le hará encontrarse a sí mismo y ser el dueño de su propio destino.
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